El día y la noche visten de celeste

GRADA DE RÍO

El Celta, gracias a su ataque, salva un punto en un partido loco que sus facilidades defensivas estuvieron a punto de echar por tierra

03 abr 2019 . Actualizado a las 23:09 h.

El Celta pescó un punto en un partido convertido en una ruleta rusa en Huesca y en donde sacó a relucir sus virtudes y sus miserias. Iago Aspas marcó un gol y participó en los otros dos liderando un ataque de demostró talento y pegada, pero atrás, una vez más salieron a relucir todas las miserias hasta el punto de darle la vuelta el conjunto local a un 0-2 en doce minutos. Y con el 3-3, en la recta final, el Celta le concedió dos clarísimas a los azulgrana, pero Rubén, que hizo un partido soberbio, salvó un punto con sabor amargo pero que puede tener su peso el oro en la carrera por la permanencia. En esta ruleta tiene su parte de responsabilidad Fran Escribá, que no puso cemento en el centro del campo cuando su equipo más lo necesitaba.

El partido de El Alcoraz fue el día y la noche, en todos los sentidos. Comenzando por el ataque y la defensa celeste y por los dos tiempos, que en nada se parecieron. Porque para comenzar el Celta hizo un ejercicio de sobriedad en el primer tiempo, aunque con algún desajuste. Los celestes se convirtieron en un equipo con orden defensivo, repliegue a la altura de medio campo y salidas a la contra tirando de la calidad del ataque. De ese modo abrió el partido al cuarto de hora en una salida de Lobotka con doble combinación con Aspas, que volvió a erigirse en capital al dar un servicio de gol a Brais que no desaprovechó el mosense.

El problema es que Brais se lesionó a la jugada siguiente (aunque pudo volver un momento al campo para provocar la quinta amarilla) y con Boudebouz en su carril, el Huesca apretó más, especialmente desde la entrada de Ferreiro a la media hora. Fue el ourensano el que más percutió por la banda de Hugo Mallo y envió un par de centros envenenados. Sin embargo, las ocasiones más claras fueron del Celta. En la primera Maxi aprovechó un balón directo de Hoedt para disparar cruzado a un palmo de la portería y en la segunda, a punto de expirar el primer tiempo, Boudebouz envió el balón al travesaño con un disparo desde fuera del área.

El Huesca, que ya había cambiado el sistema antes del descanso pasando a un 4-4-2 volvió más incisivo del vestuario pero el Celta, antes de la locura final, le dio otro golpe en la mandíbula. Bastó que Iago Aspas se hiciese con el balón en la frontal del área, y aunque de espaldas y con un defensor encima, fue capaz de inventarse un tiro cruzado imposible para Santamaría. Y a renglón seguido pudo llegar el 0-3 si Boufal en vez de buscar la gloria personal sirviese un balón a Iago Aspas, que estaba solo en el segundo palo. Tiró y erró.

Aquí comenzó el esperpento. Porque el Huesca comenzó a llegar a la portería de Rubén con una facilidad insultante sin que Escribá diese un giro desde el banquillo, y por encima las remataba todas y tras un tiro al palo del Cucho Hernández y un par de paradas de Rubén, llegaron los doce minutos pletóricos de los oscenses, que parecía que jugaban solos. Enric Gallego marcó el primero nada más entrar en el campo, Ávila aprovechó la falta de tensión en una falta para fabricar el segundo, con caída de Olaza incluida, y dos minutos después Pulido sin oposición, en el saque de otro balón parado, le daba la vuelta al partido. En un suspiro y sin oposición, como si el Celta se hubiese evaporado.

Ocho minutos después, y antes de irse del campo extenuado (y con una sobrecarga que lo convierte en duda para el próximo partido), lo arregló Iago Aspas para al menos salvar un punto. En un ataque que parecía no ir a ninguna parte se inventó un centro desde la línea de fondo de Boudebouz convirtió en gol con la ayuda de las piernas de Etxeita. Faltaban entonces diez minutos y el Celta aún tuvo una ocasión más por mediación de Emre Mor, pero lo peor es que lejos de calmar el partido y amarrar el punto, estuvo a punto de tirarlo a la basura en el tiempo de prolongación. Primero un incomprensible falló de Hoedt hizo que el balón llegase a un Enric Gallego que solo en el segundo palo, que acabó rematando fuera. A continuación, otra licencia obligó a Rubén a hacer la última parada de la noche cuando la defensa ya estaba superada. Un punto para seguir en una pelea que con semejantes problemas defensivos amenaza con ser durísima.

- Ficha técnica:

3 - Huesca: Santamaría; Yangel Herrera (Enric Gallego, min.57), Etxeita, Mantovani, Pulido, Galán; Moi Gómez, Musto (Ferreiro, min.35), Rivera; «Chimy» Avila (Melero, min.76)y «Cucho» Hernández.

3 - R.C. Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Cabral, Hoedt, Olaza; Brais Méndez (Boudebouz, min.20), Okay, Lobotka, Boufal (Jozabed, min.90); Iago Aspas (Emre Mor, min.82) y Maxi Gómez.

Goles: 0-1. min.14. Brais Méndez; 0-2. min.57. Iasgo Aspas; 1-2. min.62. Enric Gallego; 2-2. min.70. «Chimy» Ávila; 3-2. min.73. Pulido; 3-3. min.81. Boudebouz.

Arbitro: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Pulido y Etxeita y a los visitantes Brais Méndez, Emre Mor y Olaza.

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima jornada de Liga disputado en el estadio de El Alcoraz de Huesca ante 6.552 espectadores.