Un gol de Sergi Enrich a falta de 4 minutos provocó la derrota de un pésimo Celta y el cese del técnico
04 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El castillo de naipes de Cardoso se desmoronó y el técnico fue cesado horas después de caer en Ipurua. La sobriedad defensiva de Mendizorrotza fue un hecho puntual y el equipo vigués volvió a las andadas en Ipurua. La defensa de cinco jugadores fue igual de errática que la de cuatro y aunque aguantó durante 86 minutos por los aciertos de Rubén y los fallos del Eibar, penalti errado de Charles incluido, terminó cediendo porque Sergi Enrich no desaprovechó la última ocasión para marcar a falta de cuatro minutos para dejar al Celta sin un punto que hubiese sido un regalo divino.
El 0-0 en el descanso era la mejor noticia posible. Cierto que el Celta tuvo dos ocasiones muy claras, una de Brais Méndez nada más comenzar el partido que perdió en uno contra uno con el portero Dmitrovic y un balón al larguero de Maxi Gómez en la única jugada combinativa de los celestes cuando el primer tiempo ya languidecía.
Monólogo del Eibar
Pero en medio de ambos lances hubo un monólogo del Eibar con Cucurella -hasta que recibió un golpe contra el banquillo- como actor principal. Los armeros vivieron de un modo permanente en campo contrario, tuvieron el balón y obligaron a Rubén Blanco a emplearse a fondo en dos ocasiones. La primera en un disparo del catalán y la segunda en un balón rebotado en Hoedt tras remate de Orellana que envió a córner de un modo providencial. Además, el VAR dio la razón al colegiado al anular un gol de cabeza de Sergi Enrich por fuera de fuego. Pero lo peor, incluso por encima de las ocasiones locales, fue la descomposición defensiva. Cardoso apostó por cinco jugadores de nuevo pero Ipurua les nubló las ideas, en parte porque el centro del campo volvió a ser papel mojado y el Eibar derribaba líneas como si de un videojuego se tratase. Por fortuna, tanto dominio se quedó en nada y el Celta se fue indultado al receso.
La segunda parte tuvo una fase de equilibrio en sus albores. De inicio el Celta tuvo más el balón, combinó y equilibró el juego, aunque Dmitrovic siguió con su día plácido de sol y sin trabajo alguno. Pero con el paso de los minutos el Celta tendió a recular para proteger el punto y el Eibar no desistió en su empuje.
Lo hizo esencialmente por la banda de un viejo conocido como Juncà con Orellana y Peña poniéndose las botas, aunque fue dentro del área en donde quedó en evidencia el conjunto vigués. Primero con un regalo en forma de balón muerto de Okay que Charles cruzó en exceso con todo a favor y después con un penalti ingenuo cometido por Juncà en un bloqueo a Orellana. Actuó el VAR, el árbitro revisó el monitor y tras señalar los once metros Charles disparó por encima del larguero con Rubén batido.
Pero ni en un día de suerte el Celta fue capaz de salvar al menos un punto. Cardoso movió ficha y los dos cambios todavía deshicieron más al maltrecho equipo, lo que animó más al Eibar para acabar el partido en el balcón del área rival. Entonces actuó el fútbol y premió el atrevimiento y castigó la racanería. Marc Cardona, recién entrada, hizo una jugada de su vida en la banda derecha y tras meterse en el área lanzó un disparo que salió mordido y que permitió a Segi Enrich marcar con un sutil golpeo. Faltaban cuatro minutos más otros cuatro de alargue y el Celta no llegó ni a tirar a portería.
Un drama que se llevó por delante a Cardoso y que deja al equipo de nuevo con la zona de descenso a la vuelta de la esquina. El día que podía tomar aire regresa a casa con el colista a tres puntos. Para temblar.
?Dmitrovic; Peña, Ramis, Arbilla (Bigas, min. 73), Cote; Orellana, Diop, Jordán (Escalante, min. 65), Cucurella (Cardona, min. 80); Enrich y Charles.
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Rubén Blanco; David Costas (Hjulsager, min. 88), Araujo, Hoedt; Hugo Mallo, Yokuslu (Beltrán, min. 65), Lobotka, Jensen (Muffal, min. 67) , Juncá; Brais, Maxi Gómez.
Gol: 1-0, min. 86: Sergi Enrich.
Árbitro: Cuadra Fernández (comité madrileño). Amarillas a Cote por el Eibar y a David Costas por el Celta
Incidencias: TEstadio de Ipurua con 4682 espectadores en las gradas, con medio centenar de aficionados célticos.