Emre Mor firmó en agosto del 2017 por cinco temporadas y con una cláusula de 45 y 60 millones en función del comprador, pero en estos casi dos años en Vigo el Celta apenas le ha podido sacar rendimiento al fichaje. No tuvo continuidad en el juego y es más conocido por sus actos de indisciplina que por su juego.
Hasta el momento ha sido apartado tres veces del equipo. Las dos primeras por parte de Unzué la temporada pasada, aunque nunca por un período tan largo. Con Antonio Mohamed, que primero le tendió la mano y después quedó hastiado de él, también tuvo sus diferencias, pero nunca llegó a trabajar en solitario algo que hizo en el último mes, aunque en esta caso la decisión partió del club. Indultado, ahora le toca redimirse en el terreno de juego.