De Argentina a Balaídos en memoria del abuelo Jaime

GRADA DE RÍO

Andrés, en Balaídos, aunque no pudo visitar el estadio por dentro
Andrés, en Balaídos, aunque no pudo visitar el estadio por dentro CEDIDA

El argentino Andrés Jerkovic viajó el pasado verano a Vigo para homenajear a su abuelo, nacido en A Cañiza y emigrado a Buenos Aires y fallecido en 1994 que nunca pudo pisar el municipal

12 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Andrés Jerkovic Vidal nació en Buenos Aires el 11 de febrero de 1979. Abogado de profesión, tienen nacionalidad española por sus abuelos maternos y del abuelo, Jaime Vidal, le viene en gra parte la pasión por el fútbol y la conexión con el Celta. «Esta historia no me pertenece. Es de mi abuelo y es un homenaje a él», dice antes de contar por qué estuvo en Vigo visitando Balaídos y comprando una camiseta del Celta con el nombre de Jaime el pasado verano.

«Él nació en A Cañiza, mientras la primera guerra mundial ya se había iniciado, en una casa sobre el camino real que llega a la ciudad de Vigo», relata Andrés. Y cuenta que durante su niñez, su bisabuelo (el padre de Jaime) se dedicaba a transportar leña en un carro «que también era utilizado por los hombres del pueblo para ir a ver al Celta». «Mi abuelo contaba que los veía pasar pero que nunca iba con ellos debido a que era chico todavía. Él siempre se quedaba en su casa esperando saber el resultado final de los partidos del Celta», explica. Luego, se emigró a Buenos Aires en barco y zarpando desde el puerto de Vigo.

Andrés y el resto de nietos de Jaime (Daniel, Nacho y Hernán), posando con la camiseta del Celta
Andrés y el resto de nietos de Jaime (Daniel, Nacho y Hernán), posando con la camiseta del Celta

Cuando era niño, su abuelo le contaba a Andrés que estando ya radicado en Argentina, una foto de jugadores del Celta había aparecido en la famosa y desaparecida revista de deportes argentina El Gráfico. También recuerda que la pasión de su abuelo por el Celta se manifestaba incluso en la celebración de algún traspiés del eterno rival. «Me viene a la memoria 1994, cuando a Djukic le atajaron aquel penal y él festejaba», cuenta divertido.

«Así, con toda esa historia que me ha contado de chico y que he vivido con asombro a su lado emprendí viaje desde Argentina rumbo a Vigo. Fue en Julio de 2018», explica. Comentó a familiares suyos en Argentina el sueño que tenía de conocer el lugar natal de sus abuelos, de conocer el estadio y de tener la camiseta del equipo de su abuelo. «Ellos me pusieron en contacto con familiares que tengo allí en Galicia, más precisamente con mi prima Marité Batán, quien vive en Olveda, Lugo. Ella y su marido Luis, me fueron a buscar al aeropuerto de Vigo», agradece.

Delante de la casa de su abuelo en A Cañiza
Delante de la casa de su abuelo en A Cañiza

El primer destino estaba claro: era conocer la casa en donde su abuelo había nacido y había vivido sus primeros años, en A Cañiza. «Mi madre, que ya conocía Galicia, me indicó vía GoogleMaps desde Argentina el lugar exacto de la casa. Me envió fotos de la puerta de entrada. En esa foto se ve que la casa ahora tenía un toldo. Y ese toldo decía «Andrés». Mi abuelo me estaba dando la bienvenida», relata con emoción. Cuenta que tanto él como su madre lloraron en ese momento, ella en Argentina y él en A Cañiza. «Al llegar a esa casa, ese toldo no estaba más. Pero estaba feliz y emocionado por lo que me estaba sucediendo», continúa.

Con el deseo a cuestas de conseguir la camiseta, Marité y Luis, en camino hacia su casa, le llevaron pueblo por pueblo y hablaron por teléfono con distintas personas para que les dijeran adónde se podía comprar la camiseta. «Fue realmente una odisea. Además llovía, pero finalmente no pudimos encontrarla y nos decían siempre lo mismo: «Está agotada o nos tienen que traer la nueva camiseta que salió a la venta» y demás respuestas por el estilo».

Andrés, con Marité Batán y su marido Luis
Andrés, con Marité Batán y su marido Luis

Después de «tres días hermosos e inolvidables» con sus familiares, regresó a Vigo para conocer el estadio. «Mi abuelo siempre decía que nunca había podido ir a ver ningún partido a Balaídos», apunta. Y mientras caminaba por la ciudad preguntaba a la gente dónde estaba el estadio. «Todos me iban ayudando direccionándome, hasta que ví al imponente estadio municipal de Balaídos». Allí pudo por fin comprar la camiseta y ponerle el nombre de su abuelo y el número 10 de Aspas.

«Mientras me iban estampando la camiseta, a las mujeres que atendían la tienda, les iba comentando la historia que les estoy ahora narrando. Luego de que me den la camiseta ya estampada, no me la saqué más hasta mi regreso a la Argentina», explica. Hasta paraba a la gente que pasaba cerca de la tienda para que le sacaran fotos con la camiseta y el estadio de fondo.

A Andrés le hubiera gustado hacerse socio y «ayudar al club del abuelo», pero abonando una suma de dinero inferior por su lejanía. «Me dijeron que no se podía, que todos pagan lo mismo (estés en Vigo o estés en Argentina). Consulté también si se podía conocer el estadio por dentro y me dijeron que tampoco se podía», revela como la parte negativa de la experiencia.

Porque se fue de Balaídos y de Vigo «con situaciones encontradas». «Estaba feliz por tener la camiseta del equipo de mi abuelo y con su nombre estampado atrás y de conocer el estadio -por fuera-. Sé, y espero, que algún día veré al Celta jugando de local en Balaídos y podré cumplir el sueño de mi abuelo», anhela. Porque siempre que él le hablaba «de su Celta» recordaba esa asignatura pendiente e no haber visto un partido en el estadio. «Tuvo ese deseo toda su vida, hasta que murió a finales de diciembre de 1994».

Andrés quiso homenajear así a su abuelo, a quien se dirige para finalizar: «Pude ir a tu casa, a tu estadio, tengo tu camiseta. Me sentí uno mas allí en Vigo, me sentí como en mi casa y, también, sentí como si estuvieras caminando a mi lado en cada uno de esos momentos. Gracias Abuelo Jaime !! Vamos Celta !!».

La camiseta con el nombre de su abuelo y el 10 de Aspas
La camiseta con el nombre de su abuelo y el 10 de Aspas