Cada minuto jugado por el danés le ha salido al Celta por más de 10.000 euros
25 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Emre Mor está apartado del grupo desde el martes. Una situación desagradable pero que no es nueva para un futbolista tan habilidoso como indisciplinado. En el año y medio que el atacante turcodanés lleva en Vigo, ha sido castigado por el club en tres ocasiones -que se sepa- y ninguno de los tres entrenadores que le han dirigido han logrado encauzarle. Una mala noticia en lo deportivo, pero también en lo económico, porque Mor no es un jugador de rebajas.
El Celta, tal y como confirmó en la junta de accionistas de noviembre del 2017, pagó al Dortmund 14 millones de euros para hacerse con los servicios de un futbolista de veinte años. Una promesa del fútbol continental que no cuajó en la Bundesliga y que tampoco lo ha hecho en el Celta, donde su historial hasta la fecha se limita a un gol, 37 partidos y 1.351 minutos.
Si se echan las cuentas de la inversión que el club realizó y el tiempo que este se ha vestido de corto sobre el terreno de juego, el resultado es que el minuto de Emre Mor como céltico se ha cotizado hasta ahora a 10.362 euros. Eso, sin contabilizar la ficha del propio futbolista, que no es precisamente de las baratas.
A tenor de lo visto en el campo de juego y fuera de él, la inversión en Mor ha sido ruinosa para el Celta, y ahora está sobre la mesa el debate de qué hacer de cara al futuro. Vistos los antecedentes -tras algún castigo de Unzué llegó a pedir disculpas y dijo que se centraría, pero no ha cumplido-, parece difícil que el turcodanés vaya a cambiar su actitud y a comenzar a implicarse en el proyecto. Incluso ayer en Turquía aseguraban que su agente había dejado de representarlo. El conjunto vigués podría optar por colocarlo cuanto antes en el mercado, a la espera de que algún club quiera llevarse al atacante o esperar unos meses más para intentar recuperar algo más de dinero. Ahora mismo, con la etiqueta de indisciplinado que tiene, recaudar una suma importante se antoja imposible. Incluso si aparecen clubes turcos de por medio.
La opción de la cesión la dio por descartada Miñambres en la rueda de prensa posterior a la presentación de Wesley Hoedt, por lo que la otras alternativas son intentar insistir en el futbolista o hablar con él y su entorno para intentar llegar a un acuerdo de rescisión. El panorama no pinta bien para los intereses del club vigués, cuya fuerte inversión económica no se ha visto correspondida en el plano futbolístico.
Desde siempre, en el Celta han destacado que a la hora de afrontar los fichajes no solo se fichan en el aspecto deportivo, sino que estudian con detenimiento el comportamiento extradeportivo, la implicación y cómo pueden encajar los candidatos en el vestuario. El trabajo de scouting con Mor, sin embargo, falló. El danés le ha salido rana.
Más ríos de tinta por sus peculiaridades que por su juego en el campo
Emre Mor ha hablado poco en el campo. Un gol, algunos detalles de mucha calidad, pero poco más. Fuera de él la cosa cambia. Tiene hechuras de estrella propias de su adorado Cristiano Ronaldo. Hace unos meses sorprendió a sus propios compañeros, a los aficionados y a cuantos se cruzaban en su camino al conducir un vehículo de alta gama en tono plateado. No gris, sino plateado. Literalmente.
El identificativo chándal de Gucci con el que se presentó en A Madroa en pretemporada tampoco pasó desapercibido. Igual que la foto que subió a su cuenta en una red social en la que posaba sentado de espaldas en un sillón -con aires de trono- y otro enfrente, ambos tapizados la camiseta del Celta, su nombre y su número.
Y también en la pretemporada, cuando el Celta puso rumbo a su stage en A Toxa, Mor no dudó en llevarse su propia televisión para la concentración.