El exentrenador arremete contra el equipo vigués, donde asegura que nunca se sintió cómodo y cree que no fueron claros con él
22 ene 2019 . Actualizado a las 14:10 h.El exentrenador del Celta Antonio Mohamed ha vuelto a hablar en una entrevista concedida en Argentina, en concreto a La Nación, de su experiencia en el Celta, lanzando varios dardos envenenados al club y a sus dirigentes. «Me vine de España porque querían que no sea yo mismo», señala a modo de introducción de su versión de lo sucedido durante su primera y única experiencia en el fútbol europeo.
«Querían que sea estructurado, que piense qué declarar, que esté atento a qué pueden decir los demás... Yo siempre me manejé con respeto, siento que no tengo enemigos en el fútbol, que tengo rivales. Entonces, no voy a cambiar», dice el argentino. Además, se atreve a vaticinar el futuro cercano del equipo. «Fui parte de lo que es el Celta en los últimos diez años. Hoy está más abajo de lo que lo dejamos y así va a estar creo que un par de años largos más, por cómo piensan», afirma.
Además, se muestra arrepentido de firmar en su día por el Celta. «Se me fue el encanto de ir a Europa, no fui al lugar que debería haber ido, ellos no llevaron al entrenador que pretendían y fue un cruce que no funcionó», comenta preguntado por aquellas declaraciones suyas de que Europa podía ser un trampolín o un tobogán. «Tener que ir al palco oficial en traje, salir a hablar con ese uniforme. No iba conmigo. Nunca me sentí cómodo», agrega.
E insiste en la idea que ya ha expresado en varias ocasiones desde su marcha. «En Celta quise proponer algo diferente y para ellos era comer en cuero en un restaurante de lujo, demasiado caretaje. Me hacían sentir así», asegura. Según su versión esa situación hizo que se generase «una distancia». «Hasta que en la fecha siete me echaron y estando en la mitad de la tabla. Si le ganábamos a Real Madrid quedábamos sextos, perdimos y quedamos duodécimos», relata.
«Ahora está a dos puntos del descenso -la entrevista es anterior a la pasada jornada- y así va a seguir y no va a cambiar. Es un equipo que recibió 200 goles en tres años y no quieren cambiar», subraya. Y denuncia que los dirigentes «no fueron claros» con él. «Es un club vendedor, pero que te lo digan de entrada. Querían un técnico que siempre juegue de la misma manera y les dije que yo no era ese entrenador, que estaban equivocados. Y cuando se los dije buscaron la manera elegante para decirme adiós».