El arranque de año exige un acelerón

X.R. Castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El Celta, con las novedades de Cabral, Juncà y Lobotka, debe aprender a ganar sin Iago Aspas

07 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta comienza el año sin Iago Aspas, una situación que se repetirá a lo largo de todo el mes de enero. La ausencia del delantero, sin quien el conjunto vigués no gana un partido desde abril del 2017 en Granada (20 meses), permitirá a Cardoso apostar por su sistema predilecto (el 1-4-3-2-1), avanzando su posición Jozabed para actuar de enganche por detrás de Maxi Gómez y dejando una vacante en el doble pivote que permite devolver a la titularidad a Lobotka.

El sevillano se ha convertido en un fijo para el técnico luso y esta noche no tendrá la responsabilidad de hacer de Iago Aspas, pero sí de filtrar el último pase hacia Maxi o los hombres de banda, con Boufal adueñándose cada día más del costado zurdo y con Brais haciendo un esfuerzo más para ejercer en la derecha aunque la media punta sea su posición natural.

Pero Iago no será la única ausencia, porque otro canterano como David Costas puede dejar su lugar a Cabral, que no forma parte del once desde el mes de noviembre en el Benito Villamarín. El argentino, con siete temporadas en Vigo y 217 partidos a sus espaldas, ya es agente libre desde el martes, pero también un seguro de compromiso con el equipo en el que ha hecho carrera en Europa. Presumiblemente ocupará el perfil derecho del centro de la defensa enviando al mexicano Araujo a la izquierda.

Las novedades en el Celta se completan con Juncà retornando al lateral izquierdo tras cumplir el partido de sanción en el Camp Nou.

Y lo que no variará ni la ausencia de Iago Aspas ni el cambio de sistema es la hoja de ruta. Miguel Cardoso quiere que los suyos insistan en la posesión y la presión alta ante un rival que llega en descenso y que vive un año crítico, pero cuyas señas de identidad siempre son un motivo de alerta para cualquier rival. Además, si mantiene la tradición en Balaídos (rota el curso pasado), puede salir de Vigo fuera de la zona roja, ya que tiene al Villarreal a tan solo un punto.

Inmerso en la Copa, Gaizka Garitano, que relevó a Berizzo, que sigue sin poder volver a Vigo como entrenador para darse un baño de multitudes, podría hacer ajustes en su formación, llevando hasta la punta del ataque a Williams, que fuera de casa está más inspirado que en San Mamés, y ejerciendo Muniain la labor de enganche por dentro. Además, con el exourensanista, los rojiblancos han recuperado sus rangos tradicionales con juego directo y ataque por bandas. Al igual que el Celta, también acumulan un número importante de bajas con las ausencias de los sancionados Raúl García y Yeray, y los lesionados Mikel Rico e Iñigo Lekue.

El partido será toda una prueba para un Celta obligado a acelerar en el mes de enero. Cardoso ya lleva un tiempo prudencial en Vigo como para restituir el ADN perdido en la era de Mohamed, y fuera de la Copa tras una arriesgada apuesta, los vigueses deben aprovechar el excesivo trasiego de sus rivales para hacer valer el nivel de la plantilla. Es el momento de la reacción.