La etapa de Mohamed en el Celta en diez frases

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El técnico fue pasando de ser un entrenador afable a mostrarse a la defensiva en las últimas semanas

13 nov 2018 . Actualizado a las 10:27 h.

De la ilusión acompañada de incertidumbre a la destitución en apenas seis meses. Ese es el bagaje en el Celta de Antonio Mohamed, un técnico diferente a su predecesor, que destacaba por su carisma y su ambición y que no tardó en fijar unas metas muy altas que luego no han tenido correspondencia con la marcha del equipo.

«Europa es el piso, no el techo»

En la entrevista que concedió a La Voz tras acceder al cargo que ahora abandona, Mohamed mostró una ambición sin límites. Con el tiempo, esas expectativas se dieron de bruces con una realidad mucho más discreta. Tras un inicio de liga que sí parecía acorde con sus palabras - «venimos a triunfar», llegó a decir también- vinieron los problemas.

«Para mí será un trampolín o un tobogán»

En más de una oportunidad se mostró consciente de que podía ser que el sueño europeo no cuajara, como así ha sucedido, y que el transcurso de su aventura en el Celta conllevaba unos riesgos.  «Va a ser un trampolín o un tobogán. Ojalá vuelva a dirigir en Argentina pero que sea en mucho tiempo, porque significaría que me fue bien acá.

«Me cobraron caros los lentes, pero no se rompieron»

El balonazo que recibió de un recogepelotas fue su momento más cómico. Con humor se pronunció sobre ello al otro lado del charco, destacando que las gafas que se fueron al suelo con el impacto no habían sido baratas, pero que al menos se encontraban en perfecto estado. También bromeó con que se tranquilizó cuando vio que el responsable era un niño: «Si no hubieran visto mi peor performance», dijo divertido.

«Cobro la mitad que en México»

Siempre que hablaba en Argentina o México, Mohamed solía recordar que renunció a sueldos mucho más suculentos como el que percibía en Rayados, su anterior club, para fichar por el Celta. También repetía que había aparcado el año sabático que iba a tomarse para abordar el reto ahora fallido del fútbol español.

«Pensaba que había fair-play en la mejor Liga del mundo»

Aunque siempre matizando que no quería sonar a excusa, Mohamed se quedó en varias ocasiones de decisiones en las que consideró que el Celta se había visto perjudicado y que, incidía, no le parecían propias de «la mejor Liga del mundo». Lo dijo ya en septiembre en relación a que no se descontara el mismo tiempo cuando su equipo iba por detrás que en otros partidos en los que mandaba en el marcador y, más recientemente, sobre su expulsión y el hecho de que se escondieran los balones en el Benito Villamarín.

«Como si hubiera ido a Rosalía con una ametralladora»

En cuanto las cosas comenzaron a torcerse, Mohamed dio signos de no tolerar demasiado bien las críticas. En su semana más crítica, tras la derrota frente al Getafe llegó a decir que se había sentido como si hubiera matado diez personas con una ametralladora en el centro de Vigo. «No fue para tanto», agregó en su rueda de prensa del 6 de octubre, aunque con una sonrisa.

«Otros estuvieron diez partidos sin ganar»

Aunque casi siempre dicharachero, los malos resultados abrieron la puerta a un Mohamed más irascible que llegó a poner sobre la mesa, sin citar su nombre, la mala racha de Berizzo. Recordó que «otros estuvieron diez partidos sin ganar y luego resucitaron». Fue tras la primera derrota en casa de la temporada, frente al Alavés el 20 de octubre.

«Me dieron por muerto demasiado pronto, las cuentas se hacen al final»

Tras ganar al Eibar 4-0 cuando su puesto pendía de un hilo, llegó a sacar pecho tímidamente achacando a la prensa que se le había dado por muerto de manera prematura. Posteriormente a estas palabras volvió a repetir preguntado por Solari, que se necesitan al menos seis meses para juzgar a un técnico. Era lo mismo que había dicho en su propia defensa.

«Me llama la atención que en un mes pasaran de ovacionados a pitarnos»

El ya extécnico del Celta siempre defendió que la afición tenía derecho a expresarse como quisiera, pero aun así dio muestras de no entender demasiado sus reacciones. Llegó a decir que no comprendía que de haber ovacionado al equipo en las primeras jornadas, especialmente tras el triunfo ante el Atlético, se hubiera pasado a los silbidos.

«Me han dado palos en la espalda y a veces duele»

En la previa del Betis, hace solo unos días, Mohamed se mostró molesto con la prensa y anunció un cambio de actitud. Dijo sentirse arrepentido de haberse abierto en sala de prensa por considerar que sus palabras se habían utilizado en su contra y aseguró que le habían obligado a ser más reservado. «Me han dado palos en la espalda y a veces duele», indicó.