La pegada celeste frente al efecto Solari

xose r. castro

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

Maxi Gómez, la única novedad de un Celta que desafía al Madrid reclamando un papel protagonista

11 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Mohamed es el partido que debe ratificar la recuperación del Celta y para Solari el último test para cambiar interinidad por asentamiento en el banquillo del Real Madrid. Y en este juego entre argentinos el primero pone encima de la mesa la pegada demoledora celeste, superior aunque cueste creerlo, a la del conjunto blanco, que por contra dispone de toda su constelación de reputados peloteros.

Maxi Gómez, en detrimento de Emre Mor, será la gran y única novedad en el once del Celta. El charrúa superó su lesión con dos goles saliendo desde el banquillo en el Benito Villamarín, pero con tanto gol en sus botas, Mohamed lo quiere dentro del campo desde el pitido inicial. Aunque eso lleve implícito variar la posición de Iago Aspas y Brais Méndez, los dos flamantes internacionales célticos con la selección española absoluta. La colocación de los dos canteranos será clave para entender la hoja de ruta del conjunto vigués, que como declaración de intenciones tiene previsto plantarse con el balón en campo contrario con la presión alta para robar lo más arriba posible y con la premisa de acabar las jugadas para evitar las contras del rival.

Porque los peligros del Madrid en gran medida pueden llegar a campo abierto con Bale corriendo al espacio y la espalda de los centrales, algo que en la última visita le reportó dos goles al galés en el coliseo vigués.

Para los blancos Vigo se presenta como el gran test de la recién iniciada era Solari, que todavía no ha dirigido un partido en liga como visitante. Es cierto que llegan con un 11-0 en cuanto a bagaje de goles y con tres triunfos que invitan al sosiego después de la convulsa época de Lopetegui, pero el Celta a priori será un punto más exigente que el Melilla y el Viktoria Plizen, los dos rivales que han tenido fuera de casa.

Con respecto al equipo que goleó el miércoles en la República Checa Modric e Isco se presentan como novedades para darle más jerarquía a la sala de máquinas del conjunto madrileño para quien Balaídos ha sido un campo propio en los últimos años, de hecho la última victoria del Celta data del final de la temporada 13/14 con Luis Enrique en el banquillo.

No obstante, este semestre final del 2018 no está siendo el mejor en cuanto a estadísticas para el Real Madrid en liga lejos del Bernabéu. Su único triunfo fue en Girona en la primera salida para después empatar en San Mamés y a continuación encadenar tres derrotas consecutivas (Sevilla, Alavés y Barcelona).

Una estadística que alimenta la esperanza viguesa de certificar la recuperación con una victoria que además de prestigio, consolide a Mohamed en el banquillo e impulse a los celestes.