Un Celta de dos caras en el Benito Villamarín

Julio Álvarez-Buylla

GRADA DE RÍO

Julio Muñoz

06 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta cambió la cara a un partido que se le puso muy cuesta arriba después de ser desbordado en un primer tiempo marcado por los desajustes defensivos. Durante esos 45 minutos los vigueses no fueron capaces de contrarrestar la salida de balón de los béticos, que hicieron de su banda derecha un pasillo por el que Canales transitó sin oposición y del que partieron las jugadas de peligro. Tras el descanso Mohamed rectificó y acertó en la lectura del partido igualando la disposición táctica de los béticos porfiando en los duelos individuales en los que los célticos fueron superiores, sobre todo en la zona de ataque viguesa. Un punto luchado y ganado con esfuerzo.

1 El problema

Superioridad en la salida de balón

El Celta en la primera parte no defendió bien. No supo leer el problema en el que le metió el Betis, tanto cuando los celestes se posicionaban en avanzado como cuando lo hacían replegados. Brais tapaba las incursiones de Junior liberando a Hugo para que este se hiciese cargo de Lo Celso. En el otro perfil Juncà no tenía de Boufal las mismas ayudas. Mandi salía con balón sin oposición prácticamente hasta campo rival y siempre encontraba a Canales entre líneas o a Francis en banda, ambos libres de marca. Se encajó un gol, pero pudieron ser más.

2 La Solución

Igualdad y uno por uno

Antonio Mohamed reaccionó tras el descanso e igualó el posicionamiento bético hasta el punto de hacer prácticamente uno contra uno por todo el campo. Apostó por tapar la salida de Mandi, emparejar a Juncà con Francis y a Roncaglia, con la ayuda de Fran Beltrán, con Canales. La modificación fue efectiva ya que el Betis, a excepción de un segundo gol que demostró los puntos débiles del uno contra uno, apenas llegó con claridad. Además los jugadores celestes parecieron encontrar el camino para hacer daño a un rival que empezaba a dejar espacios entre sus lineas.

3 El final

La batalla de las áreas

El planteamiento celeste sacaba partido a la pegada de sus tres jugadores más avanzados, pero la entrada de Maxi decantó definitivamente la batalla de las áreas. Su entrada, además de sus goles, sirvió para fijar dos centrales con él y facilitar la llegada de sus compañeros como sucedió en el gol de Brais. El Celta en los últimos minutos recordó tiempos pretéritos de idas y vueltas que convertían en incierto el resultado hasta el pitido final.

4 El posicionamiento

Diferencias y similitudes

Regresó el planteamiento de tres centrales, aunque con bastantes diferencias con respecto a ocasiones precedentes. Se apostó por el riesgo, emparejando prácticamente a los centrales con los tres puntas verdiblancos. Se buscó la recuperación presionando en campo rival en lugar del repliegue habitual, lo que favoreció las transiciones rápidas en lugar del juego directo. Se incluyeron dos perfiles más ofensivos en las bandas, sobre todo Hjulsager, que dieron más amplitud y llegada al equipo. Se retrasó a Aspas y a Brais que enlazaron a la espalda de los medios centros rivales sumiendo en la duda a la defensa verdiblanca, que no sabía si dar un paso adelante o un paso atrás. En definitiva, otra manera de jugar con tres centrales.