Goles con denominación charrúa

L. G. C. / M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CARLOS BARRIA | REUTERS

Maxi Gómez y Stuani, compañeros en Uruguay, se enfrentarán el lunes

12 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Uruguay ha aportado al mundo del fútbol notables peloteros, desde Francescolli a Forlán, pasando por Suárez o Cavani. En esa lista de ilustres sueña con ganarse un puesto Maxi Gómez, que a sus 22 años está considerado por muchos como el heredero de Luis Suárez. El delantero celeste se ganó el año pasado su pasaporte internacional y disfrutó de un Mundial en el que compartió banquillo, y compitió, con Cristhian Stuani, un veterano de la cancha con el que volverá a encontrarse el próximo lunes en Girona.

Cuando el maestro Tabárez confeccionó la lista definitiva para el Mundial, una de las dudas existentes era sin premiaría la irrupción casi volcánica de Maxi Gómez en el fútbol europeo, con una extraordinaria capacidad goleadora para su casi insultante juventud, o si apostaría por un Stuani bregado en mil batallas y que a sus 31 años conserva intacto el instinto goleador. La decisión del veterano seleccionador fue salomónica, se los llevó a los dos y ambos se esforzaron por ser el plan B de los charrúas en punta.

La batalla de Rusia la ganó Stuani, cuya trayectoria internacional va más allá de los 1.800 minutos a lo largo de los últimos seis años, frente a los escasos 87 que el atacante del Celta se reparte en siete contiendas. Cuestión de edad. Y es que casi una década distancia a los dos futbolistas, dos de las principales armas goleadoras de sus equipos.

Maxi Gómez fichó por el Celta en el verano del 2017 y desde el principio tuvo claro que quería ir a por todas. Siguió una intensa preparación física para ponerse a punto para el fútbol del viejo continente, cambió hábitos y aprovechó sus oportunidades. Su instinto rematador le convirtió en el segundo máximo artillero del equipo gracias a 19 goles, solo por detrás de Iago Aspas, su perfecta pareja de baile.

La visión del charrúa para hacer gol le convirtió en un arma para Unzué, y Antonio Mohamed también lo está aprovechando. A pesar de que el internacional apenas pudo hacer pretemporada a causa del Mundial, y aunque él mismo reconoce que todavía no se encuentra en un estado óptimo, ha arrancado la campaña con dos goles en tres partidos. Y hay más. Porque el fútbol de Maxi está creciendo a pasos agigantados y a su perfil rematador añade ahora un fútbol cada vez más combinativo con sus compañeros. El nuevo Maxi es una versión mejorada que conserva el gol y lo completa con asociación.

Y de gol entiende también lo suyo un Stuani que el año pasado, junto a Portu, fue la sensación del Girona, club en el que se reencontró con su mejor versión tras su paso por el fútbol inglés. Echó el cerrojo a la liga con 21 goles en su cuenta particular y con el billete a Rusia en la cartera. Bregado en mil batallas, el delantero de Eusebio ha sabido reinventarse y ha encontrado en el equipo de Montilivi la horma de su zapato. Este curso ha arrancado con un gol en tres contiendas.

El lunes, cuando Maxi y Stuani se reencuentren sobre el verde, encarnarán dos tiempos del fútbol uruguayo encarnados en goleadores despiadados.