Me hace mucha ilusión que tantos años después vuelva a haber un jugador paraguayo en el Celta, el que equipo al que yo llegué desde Cerro Porteño, el mismo club donde se formó Júnior Alonso, y donde tan bien me acogieron. Siempre pensaba que quitando otro compañero que vino poco después que yo y que no tuvo suerte, no había habido más futbolistas de mi país en el Celta y era algo que no entendía, así que me daba mucha pena, porque los jugadores de Paraguay siempre habían rendido muy bien en España.
Estoy seguro de que Júnior también va a encajar bien en Vigo, si bien es cierto que va a necesitar un tiempo para adaptarse y aclimatarse. Le vi contra el Espanyol el sábado y me dejó muy buena impresión, seguro que es un jugador que va a aportar al equipo, pero es inevitable que note el cambio. El fútbol español, comparado con el paraguayo, es mucho más rápido, la velocidad y el ritmo no tienen nada que ver y siempre hay que pagar un peaje, incluso aunque él no venga ya directamente de Paraguay, sino que haya pasado por el Lille francés antes de fichar por el Celta.
La oportunidad de jugar en España para un paraguayo es un sueño. Yo tenía un representante que se movía mucho por aquí y cuando me habló de la posibilidad de venir era un caramelo que no podía rechazar. Aunque no conocía al equipo de nada, era jugar en el fútbol español, algo irrechazable como lo habrá sido para Júnior.
Personalmente, me costó un poco al principio acostumbrarme a la lluvia, a un clima diferente, digamos que el primer año. Pero luego seguí jugando otros diez y me quedé de por vida. Deseo que su etapa aquí también sea larga. Yo siempre digo que caí en el mejor lugar posible.