Un coche plateado, una pantalla de televisión y un chándal de Gucci

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

Por delante el vestuario tiene ocho días de convivencia y vida espartana en A Toxa con la playa, el gimnasio y el campo de Baltar como bases de operaciones.

16 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Emre Mor tiene hechuras de crac. De megaestrella mundial al más puro estilo Cristiano Ronaldo, su ídolo para más señas, y ya solo le falta demostrarlas sobre el campo. Ayer causó sensación entre el puñadito de aficionados que esperaban a los jugadores y entre los medios cuando se presentó en A Madroa para subirse al autobús junto a sus compañeros y poner rumbo a A Toxa.

Pasaban unos minutos de las ocho de la tarde cuando el turcodanés llegó conduciendo su flamante coche de alta gama plateado. Sí, plateado. Literalmente. Porque el vehículo del internacional con Dinamarca no es gris, sino plata, y resplandece con luz propia en medio del parque móvil de la plantilla celeste, cual espejo de Blancanieves.

Cuando el delantero se apeó en Candeán lo hizo con la visera calada y con el chándal puesto. Aunque en honor a la verdad, el modelazo de Gucci de un par de miles de euros que defendía con soltura no parecía muy cómodo para echarse unas carreras. Pero daba igual, porque Emre, como el resto de sus compañeros, se cambió la ropa de calle por el «uniforme» de pretemporada de la plantilla celeste, camiseta y pantalón corto azules, y sudadera para los más frioleros.

Por delante el vestuario tiene ocho días de convivencia y vida espartana en A Toxa con la playa, el gimnasio y el campo de Baltar como bases de operaciones. El objetivo es entrenar hasta la extenuación, pero también hacer piña. A pesar del toque de queda que Mohamed ha fijado para las once de la noche, los futbolistas tendrán sus ratitos de ocio, así que Mor, hombre precavido, se llevó consigo su propia pantalla. Así se garantiza nitidez a la hora de ver la tele y de echarse unas partidillas de videojuegos. Que con las de los hoteles, nunca se sabe.