Engonga: «El Celta fue el equipo con el que me asenté en Primera y siempre le estaré agradecido»

GRADA DE RÍO

JORGE LENS

El excéltico, ahora entrenador, se queda de su etapa en Vigo con los compañeros que tuvo y el cariño que recibió de la afición

05 jul 2018 . Actualizado a las 16:18 h.

La etapa en la que Engonga defendió la camiseta del Celta está marcada en la memoria del celtismo por la final de Copa que disputó en 1994. Para él, sin embargo, no es ni el éxito de alcanzar aquel hito ni la decepción de perderla lo que más pesa. Se queda con el día a día, con compañeros de los que guarda un inmejorable recuerdo y con el club que, agradece, le permitió asentarse en Primera y coger la experiencia suficiente para continuar con éxito su camino en el mundo del fútbol.

-Llega a Vigo en 1992 tras haber debutado en Primera con el Valladolid. ¿Qué fue lo que le llamó la atención para decidirse por el equipo vigués?

-Mi representante estaba buscando una salida y me pasó una oferta del Compos y otra del Celta. Decidí ir a Vigo porque era un club que me había gustado siempre, me había fijado en él desde que era más joven. Además me atrajeron los jugadores que había y la propuesta de lo que querían hacer ese año. Y tenían como entrenador a Txetxu Rojo, por el que tenía cierta admiración. Escogí esa opción y acerté de pleno. 

-Aquel Celta era un equipo recién ascendido y en un momento de cambios. ¿Cómo fue su aterrizaje?

-Recuerdo que al poco de llegar nos fuimos a Cabeza de Manzaneda a hacer la pretemporada. Tras el ascenso había muchos jugadores que aún no sabían si seguirían o no, como el caso de Mandiá. Despues de la pretemporada ya quedó configurado y lo que recuerdo es trabajar muy duro para conseguir el objetivo de la permanencia, que logramos no tranquilamente, pero más o menos sí.  

Benito

-¿Cuáles fueron los mejores momentos que pasó como céltico?

-Me quedo mucho con el día a día, con los grandes compañeros que tuve, como Vicente, Atilano, el Flaco Gil, Maté... Eran gente veterana que aportaba muchísimo al vestuario. Luego los partidos los puedes encarar mejor o peor, pero el día a día, la alegría de ir al entreno y de estar bien, el buen ambiente que había dentro es lo que más me marcó de esos años.

-Mencionaba a Vicente. ¿Cómo era compartir vestuario con el Gran Capitán?

-Una maravilla. Era una persona que lo había pasado mal por temas de rodilla, había tenido muchos problemas, pero le veías cada día la manera de entrenar y que con cada cosa que hacía intentaba mejorar a los compañeros. Los consejos que te daba y su ayuda dentro y fuera del ámbito futbolístico eran impagables. Y no solo Vicente, pero al final era mi compañero del centro del campo, me entendía a la perfección con él y estoy agradecido por todo lo que hizo por mí. Si nosotros conseguimos poner la base de lo que después fue el Celta es porque construimos una familia bien avenida a base de trabajo y lucha. Se hicieron muy bien las cosas.

-Y de la veteranía de algunos a la juventud de otros como Cañizares. ¿Cómo era aquel portero en sus inicios en Primera?

-Un tío con mucha hambre, muchas ganas de jugar y pararlo todo. Cuando llegó el titular era otro porterazo como Villanueva, pero Rojo apostó más por Cañete desde el principio y él respondió parándolo prácticamente todo. No sé si llegó a ser zamora o estuvo a punto, imagínate lo que era eso en un equipo como el Celta. Nos hacían poquísimo goles y no porque tiraran poco a portería, sino porque estaba él. El mismo año que yo llegaron también Salva, Vilanova y Berges, que había estado en las Olimpiadas como Cañizares. Entre los jugadores que ya estaban que tuvieron calidad para subir a Primera como lo hicieron y los que llegamos reforzando todas las áreas se puso una muy buena base para lo que vino después.

-El gran hito que consiguieron fue plantarse en aquella final de Copa perdida en los penaltis. Con el paso de los años, ¿queda más la sensación de éxito por llegar o de fracaso por el resultado?

-Con el tiempo te das cuenta de que has conseguido una cosa impresionante en aquel momento con el nivel que había en el fútbol español. Nosotros no éramos ni de los ocho o diez mejores de la Liga en Primera y sin embargo pasamos eliminatorias dejando fuera en semifinales a uno de los equipos de moda, que era el Tenerife. Jugar esa final era un sueño. Luego se decantó por la lotería de los penaltis. Solo fallamos uno y pasó lo que pasó, que la perdimos. Pese a eso, me quedo con la ilusión que creamos en el celtismo y en Vigo. Fue muy bonito aunque te quedes decepcionado por no ganar, conseguimos algo grande.

-¿Qué recuerdo se llevó de la afición del Celta?

-En la época en la que vivía allí el celtismo estaba por todos los rincones de la ciudad. Al campo podían ir más o menos, pero la afición estaba muy arraigada y me sentí muy querido. Incluso después de irme, siempre que he vuelto me han dado ánimos, aún tengo amigos en Vigo y estoy muy agradecido por todo lo que viví allí. Todo lo que recuerdo son cosas buenas, raramente te silbaban en tu campo, siempre estaban animando y remontando algún partido. Solo puedo decir cosas buenas.

BENITO

-Estuvo dos años en el equipo. ¿Qué papel ocupa en su trayectoria?

-Aunque viniera ya de jugar en Primera, para mí el Celta fue el equipo en el que de verdad aprendí lo que era la máxima categoría, me asenté, estuve dos años y jugué sobre 36 o 38 partidos las dos temporadas. Eso me supuso coger mucha experiencia para jugar en la élite y estaré siempre agradecido. Encima, cuando vino un club como el Valencia a buscarme junto con Otero, facilitaron mucho mi salida. No fue el típico club que te pone mil pegas, sino que fueron unos señores. Mi etapa en el Celta me ayudó a crecer, también disfruté de lo que es Vigo a nivel de ciudad y siempre que puedo me acerco por allí.

-¿Mantiene contacto con los compañeros de aquella época?

-Lo vas perdiendo un poco con algunos y de otros sabes por amigos comunes, como Ratkovic, que era mi compañero de habitación. Al que más he visto en los últimos años es a Jorge Otero, que hemos coincidido en la selección española de veteranos y hemos estado en contacto. Me cuenta cosas de la gente que se ha quedado por allí y así voy sabiendo de ellos.

-A día de hoy, ¿presta especial atención a cómo le va al Celta?

-Sí, lo he seguido mucho todos estos años. En los últimos cinco, a veces clasificados mejor y otras peor, llevan haciendo muy buen fútbol. Esta última temporada fue irregular, igual no estuvieron a la altura de lo que esperaban, pero a la espera de que parece que pueden salir algunos jugadores, creo que tienen muy buena plantilla. Espero que sigan siendo un equipo atrevido, que juega para disfrutar de los partidos. Me encantaría que tuviera buenos resultados para volver a verles en Europa para que disfrute la gente de allí. 

-¿Y usted en qué momento profesional se encuentra usted ahora?

-Estuve los dos últimos años en Arabia Saudí y hace tres años y medio en Hong Kong. Tengo el carné de entrenador, puedo entrenar a cualquier equipo y estoy en esa pelea que no es tan sencilla como cuando jugamos, estoy intentando abrirme camino como entrenador y disfrutando del fútbol que es lo que sé hacer.

JORGE LENS