Una máquina de revalorizar

GRADA DE RÍO

RITCHIE B. TONGO | EFE

Sisto, Lobotka y Gómez han disparado su cotización desde que llegaron al Celta

04 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Pione Sisto, Maxi Gómez y Stanislav Lobotka no superan los 23 años y ya han conseguido llamar la atención del planeta fútbol. Los dos primeros incluso participando en un Mundial. Aunque no todas las apuestas le salen ganadoras, el Celta ha encontrado la fórmula mágica para detectar jóvenes promesas desconocidas para el gran público a las que ha sacado rendimiento y rentabilidad. Los dos atacantes y el centrocampista son sus mejores exponentes. Desde que llegaron al Celta se han revalorizado, y todavía prometen más.

Sisto llegó a Vigo con Felipe Miñambres dando sus primeros pasos en la dirección deportiva. Sin embargo, el danés ya era una vieja aspiración de Torrecilla que no cuajó hasta el verano del 2016. Llegaba del Midtjylland, donde en enero de ese mismo año su valor de mercado rondaba los 3,5 millones de euros. Sisto era un desconocido para el gran público pero ya tenía cierto mercado y el Celta tuvo que desembolsar cinco millones de euros. Dos cursos más tarde, la estimación de valor del mercado del extremo se ha multiplicado por cuatro, hasta los 15 millones.

A pesar de que la pasada no fue su mejor temporada, y que da la sensación de que todavía puede ser más desequilibrante, Pione se ha convertido, a sus 22 años, en una de las perlas de la liga y en un futbolista importante en la selección danesa. El hecho de que acudiese a la Copa del Mundo y que fuese titular en los tres primeros partidos es una carta de presentación difícil de mejorar.

La revalorización de Sisto ha sido notable, como también lo es la de Stanislav Lobotka. Fue en el verano del 2016 cuando el Celta cerró con el Nordsjælland danés el acuerdo para el traspaso del futbolista, que ahora tiene 23 años. Quienes le habían visto en la base de la selección eslovaca le brindaban elogios, pero pocos seguidores de LaLiga le conocían. Un año más tarde, al mediocentro se lo rifan. Su valor de mercado, según las estimaciones de la web especializada Transfermarkt ha pasado de un millón a diez, y el pasado enero el Inter ya hizo una propuesta en firme para llevárselo que rozaba los 27 millones. En tan solo medio año, Lobotka había pasado de valer los cinco millones que el Celta había pagado por él, a rondar los 30. Una cifra que, a día de hoy, sigue pareciendo baja para el club de A Sede, que solo aceptará traspasar al internacional eslovaco si la propuesta le parece lo suficientemente interesante.

Al igual que sucedió con Lobotka, Maxi Gómez ha disparado su valor desde que cruzó el charco para enrolarse en el Celta. El desconocido ariete uruguayo de 21 años tenía hace año y medio una estimación de mercado de 1,1 millones que a día de hoy alcanza los veinte. Y todo, gracias a una adaptación a la carrera al fútbol español y a su idilio con el gol. Su rendimiento ha sido de sobresaliente y le abrió las puertas de la selección charrúa y de la Copa del Mundo, en la que continúa. El fútbol chino ya le tentó, pero se resistió.

El caso opuesto

Pero no todo son jóvenes que se revalorizan en el vestuario del Celta. Quizás en la orilla opuesta está Emre Mor, que a sus 20 años tendrá que recurrir a una segunda oportunidad para intentar demostrar que su compra fue acertada. Al contrario que sus compañeros, Mor llegó con la etiqueta de gran promesa y generando muchísima expectación entre la afición. Pero ahí se quedó. Su primer año como celeste ha sido de lo más discreto.