El cuadro vigués había sufrido la noche anterior al partido una amenaza de bomba en su hotel de concentración que obligó al desalojo
21 jun 2018 . Actualizado a las 10:53 h.1987: El Celta conseguía uno de los ascensos de Sestao -el otro sería cinco años más tarde-, recordado como uno de los más intensos. "La garra del Celta fue determinante para que Galicia vuelva a contar con un equipo en Primera", decía la crónica de La Voz. Se daba la circunstancia de que los celestes se habían cruzado con el Deportivo en su grupo de promoción, pero los coruñeses cerraban la liga "con una actuación lamentable" y se quedaban sin premio.
La Liga de los play off tenía dos grupos de seis equipos que peleaban por las tres plazas de ascenso. Subían los dos campeones de grupo y el mejor de los segundos. En el otro grupo ascendieron el Logroñés en el que jugaban el vigués Noly, y el extécnico de Celta y Deportivo, Miguel Ángel Lotina. El otro campeón fue el Valencia que dirigía Alfredo Di Stefano y en el que jugaba Quique Sánchez Flores.
El Celta llegó al último partido en Sestao sabiendo que le bastaba con no perder por dos goles de diferencia. Allí estuvo arropado por 2.000 seguidores celestes que protagonizaron un desplazamiento masivo. El marcador final fue de empate sin goles en Las Llanas ante un rival que dirigía en su primera temporada en los banquillos Javier Irureta.
El cuadro vigués había sufrido la noche anterior al partido una amenaza de bomba en su hotel de concentración que obligó al desalojo de las habitaciones en la madrugada previa al choque. La celebración posterior fue extraordinaria con todo Vigo echado a la calle para celebrar el regreso a Primera de un equipo que había descendido en la temporada anterior.