Moisés: «El Celta es el club que mejor recuerdo tengo a nivel de vestuario en mi carrera»

GRADA DE RÍO

xulio villarino

El que fue delantero del equipo vigués durante dos temporadas recuerda su paso por Vigo

13 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Su paso por Vigo fue breve, pero suficiente para que el Celta no sea un club más en la trayectoria de Moisés García León. De él se recuerdan episodios como el gol contra el Mérida en el partido que suponía la clasificación para Europa o el del Molinón con Mostovoi. Llegó a un equipo que luchaba por no descender y el año después de su marcha lo vio en la distancia competir en Europa. 

-¿Cómo se fraguó su llegada a Vigo?

-Estaba en el Leganés en Segunda, en la parte alta de la clasificación. En el mercado de invierno era el máximo goleador, con trece goles, y me surgió la posibilidad de ir a Inglaterra, al Sheffield Wednesday. Se había llegado a un principio de acuerdo, pero al final no salió y apareció el Celta.

-¿Llegó con cierta decepción al no salir adelante la otra propuesta?

-No, no, para nada. El Celta tenía un equipo espectacular y a mí me hacía una gran ilusión jugar en Primera, pero cuando me fui a Inglaterra ningún equipo de la Liga había querido firmarme. Aquel asunto tuvo una repercusión grande, porque no era común que un jugador español se marchara fuera, y equipos de aquí empezaron a interesarse, entre ellos el Celta, con el que llegué a un acuerdo.

-El club no pasaba por su mejor momento.

-Sí, estábamos en mitad de la tabla hacia abajo, luchando por la salvación. No jugué todo lo que me hubiera gustado en esa primera temporada, pero creo que lo que aporté fue importante para conseguir el objetivo.

-¿Cómo recuerda la segunda temporada, con la clasificación europea y un gol suyo en el partido decisivo frente al Mérida?

-Con mucho cariño. Fue curioso, porque prácticamente había pasado desapercibido durante todo el año. Tenía delante de mí a jugadores de muchísimo nivel: Sánchez, que iba a la selección; Gudelj, Cadete… Muchos muy buenos, por lo que pasé la primera vuelta en blanco. En invierno llegaron ofertas por mí, recuerdo la del Genoa italiano, pero hablé con Irureta y me dijo que quería que siguiera. Le contesté: «Pero Jabo, si es que llevo cero minutos, no he jugado nada». Él insistió en que no quería que saliera porque en la recta final iba a ser importante.

-Y lo fue. ¿Mereció la pena?

-Sí, jugué los últimos ocho partidos y metí cinco goles, incluido ese, un balón de banda centrado, que fui al remate de cabeza y me mató el contacto con el portero argentino. ¡Tuvieron que cambiarme al minuto siguiente! Recuerdo que nada más clasificarnos, en el vestuario, me cogió Irureta: «¿Te acuerdas en diciembre que te querías ir y lo que te dije?». Fue una satisfacción lo que conseguimos, más sabiendo que hacía años que el Celta no lo lograba. A nivel personal, cuando te cuesta tanto hacerte con un puesto y luego llegan lo resultados en forma de goles acabas la temporada muy contento.

-¿Cuál es el balance general que hace de aquel año y medio?

-Tengo un recuerdo muy especial. He estado en muchos equipos a lo largo de mi carrera deportiva, en catorce, y los del Celta son de los mejores recuerdos que tengo a nivel de vestuario. Hice muchos amigos en Vigo que mantengo. A nivel deportivo me hubiera gustado jugar mucho más, y cuando me hice con un puesto, el entrenador no seguía y con Víctor Fernández, al que conocía de Zaragoza sabía que lo iba a tener complicado. Pero el Celta me dio la oportunidad de volver a Primera, de poder ayudar a clasificar al equipo para Europa y el recuerdo es muy positivo.

-¿Cómo vivió luego desde la distancia la gran temporada europea que protagonizó el Celta?

-Con un poco de rabia, porque ya me había pasado con el Zaragoza: ganamos la final de Copa al Celta y al año siguiente me fui a Osasuna y ganaron la Recopa. Lo ves desde fuera y te da rabia, pero a la vez alegría por toda la gente que había estado contigo y por la afición. Me alegro mucho de todo lo que ha crecido el Celta como club desde entonces.

-¿Cómo recuerda aquel incidente con Mostovoi en El Molinón?

-El primer día que llegué a entrenar era un sábado y estaba castigado por el míster, ¡ya me encontré al verdadero Mostovoi! Con el paso de las semanas lo vas conociendo y tenía un carácter fuerte pero un corazón enorme. Aquel día nos jugábamos la vida por no descender, yo llevaba calentando desde el minuto 25 de la primera parte y con los tres cambios hechos, sin haber salido yo, se quiso ir del campo y me entró un ataque de rabia, le cogí del pecho, son momentos de mucha tensión. Nos jugábamos no descender. Luego ves toda su trayectoria en el Celta y no se le puede reprochar nada.

-¿Qué otros jugadores de aquel vestuario le marcaron?

Sobre todo Karpin, que era un ganador nato, y Mazinho, a quien consideraba un ejemplo a seguir, súper profesional en el día a día. Personalmente, me ayudó mucho, veía que entrenaba fuerte y no tenía minutos y siempre estaba ahí para darme una palmada en la espalda. Dutruel era una pasada como jugador y como persona, con Míchel Salgado coincidí en sus inicios y Josema es de los compañeros que aún sigo manteniendo, un tipo que siempre estaba callado pero tirando del equipo para que las cosas mejorasen. Jugadores que no conocía como Eggen, Djorovic o Revivo me sorprendieron mucho, también Berges. Te pones a mirar una a uno y eran muchos jugadores de gran nivel.

-¿Qué imagen le ha quedado de la afición del Celta?

-Guardo el cariño de la gente. No jugué mucho, pero siempre que he vuelto como jugador de otro equipo he notado que se me ha recibido con ese cariño y creo que eso es lo más importante cuando has jugado al fútbol en una ciudad. A nivel personal, es lo más bonito.

-¿Sigue pendiente actualmente del equipo?

-Sí, porque además trabajo en el mundo del fútbol para una empresa de representación de jugadores con dos compañeros míos en Vigo como Juan Sánchez y José Tárraga. El Romario de Aldaia está en Vigo casi todos los fines de semana y no me deja ir a mí nunca (risas), pero sigo al Celta todo lo que puedo. Tengo buenos amigos de allí como Jorge Otero o Juan Carlos Andrés con los que hablo del Celta siempre.

LOR