Veinteañeros con mucho fútbol

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

Maxi y Brais, de 21 años, y Sisto y Lobotka, de 23, fueron el mejor exponente del Celta

05 may 2018 . Actualizado a las 23:10 h.

No fue un partido brillante ni de figuras. Fue un derbi con menos teína de la habitual que sirvió más para intuir que para confirmar. En las filas celestes se pudo vislumbrar que hay futuro, que hay jugadores con recorrido. Hay cantera, aunque no toda lleve el sello de A Madroa. Porque los cuatro futbolistas más destacados de la tropa de Unzué ante el Deportivo son unos chavales. Unos mocosos, en el buen sentido, con mucho fútbol en las piernas, a a espera de ser convenientemente explotado. Brais Méndez y Maxi Gómez tienen 21 años, Lobotka y Pione Sisto celebraron los 23. Los cuatro están iniciando su carrera, dos irán al Mundial y un tercero se quedó a las puertas. Casi nada.

Brais ha sido la sorpresa y la sensación de la temporada en Vigo. El de ayer era su primer derbi con los mayores, pero se lo tomó como lo hacía en juveniles. Tranquilo, dejando pinceladas de todo el fútbol que mana de su cabeza y ejecutan sus piernas y moviéndose por el estadio de Balaídos ante el eterno rival y 20.000 parroquianos como si estuviese echando una partidita a la Play. El heredero de Aspas apunta maneras por fútbol y por esfuerzo. Porque no tuvo problemas a la hora de retrasar metros y echar una mano en defensa cuando el Deportivo apretaba. Y con sacrificio, generalmente se llega más lejos.

Brais puso el fútbol y su coetáneo Maxi Gómez, el gol. El decimosexto en liga en su estreno en Europa. El charrúa ha marcado con el Celta tantos de todos los colores y ayer lo hizo de espaldas, por porfiar, y con la anuencia del portero Rubén. Rusia le espera y el uruguayo llegará afinado. En su país cuentan que tiene de serie ese gen competitivo que hace que se crezca ante las adversidades, y se empeña en demostrarlo. Le van los retos y los derbis.

De la cosecha del 95 es un Pione Sisto que, tras jugar a ritmo de balneario durante los dos últimos meses, ayer se animó de nuevo para convertirse en el atacante más incisivo de los de celeste. Empezó pegado a la banda izquierda y acabó jugando donde le dio la gana. Estuvo participativo, más desequilibrante de lo habitual, combinando y probando fortuna, aunque esta se le resistió.

Y también Lobotka recuperó su mejor versión ante el Deportivo. Dominó la parcela central ?sobre todo en el primer acto? y se animó a avanzar metros para crear el fútbol de su equipo. Atrás quedaron los desequilibrios y las pérdidas de posición. El veinteañero y su fútbol están de vuelta.