Emre Mor, de charco en charco

La Voz

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El turcodanés, que también sufre un leve esguince, vuelve a estar apartado por un nuevo episodio de indisciplina y todo apunta a que no estará en el derbi

03 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Emre Mor vuelve a las andadas. Cuando todavía no había cicatrizado su última fechoría, aunque Unzué le había levantado el castigo tras pedir perdón, el turcodanés vuelve a estar al margen del grupo. Por un leve esguince, pero también, y sobre todo, otro acto de indisciplina y todo apunta a que pese a las cuantiosas bajas no entrará en la convocatoria del Celta para el derbi del sábado.

En esta ocasión, y según desvela la agencia EFE, lo hechos tuvieron lugar en el entrenamiento del martes. «El motivo de esta decisión es que el exjugador del Borussia Dortmund ha reincidido en una falta de indisciplina durante el entrenamiento de ayer (por el martes) tras recibir una entrada de un compañero, que le causó un esguince leve en el tobillo izquierdo». Ese mismo día, el turcodanés abandonó las instalaciones de A Madroa en su imponente coche al filo de las 11.30 de la mañana mientras sus compañeros se ejercitaban con normalidad a puerta cerrada.

Ayer, tampoco se entrenó, aunque estuvo en las instalaciones, y a última hora de la mañana aparecía en el parte médico con un «esguince tobillo izquierdo (leve)» y en donde no se especifica el tiempo de recuperación, aunque todo indica que el extremo seguirá al margen del grupo durante los próximos días.

Este contencioso viene a unirse a sus retrasos en la hora de llegada a los entrenamientos, que ya le costaron en el mes de abril ser apartado del grupo y perderse las convocatorias de los partidos ante el Athletic y el Sevilla. El día que los célticos ganaron a los hispalenses pidió disculpas ?«como profesional no debería haber llegado tarde a entrenar. No volverá a pasar e intentaré hacer todo para volver al equipo. Lo siento»?, que fueron aceptadas por Unzué, aunque desde entonces y pese a las bajas, especialmente la de Iago Aspas, apenas ha tenido protagonismo. De hecho, tras el partido del 21 de abril ante el Valencia, ante el que jugó diez minutos, el jugador dejó un mensaje en Instagram que no parecía casual recordando que había sido el mejor futbolista de febrero.

Por debajo de las expectativas

Todos estos episodios se unen a una temporada en donde Emre Mor ha estado por debajo de las expectativas creadas. El Celta pagó 14 millones de euros (el segundo fichaje más caro de la historia del club) asumiendo que el turcodanés tendría que pasar un período de adaptación antes de comenzar a rendir a su nivel. Unzué fue el primer paciente con el atacante y lo fue metiendo poco a poco, hasta que en el mes de febrero encadenó cinco partidos consecutivos con minutos y en marzo fue titular en tres encuentros consecutivos. Ahí se frenó su evolución y la indisciplina le ha llevado a jugar 50 minutos, repartidos en cuatro partidos desde entonces. En total, el que debería ser fichaje estrella del cuadro vigués acumula 955 minutos entre Liga y Copa, lo que significa que hasta la fecha cada minuto le sale al Celta en 14.659,6 euros.

Semejante inversión parece difícil de recuperar después de un año tan mediocre en minutos y con actos de desobediencia y el Celta podría posponer su venta más allá del verano, esperando que el nuevo entrenador que llegue pueda reconducir su situación.

El jugador en Instagram: «Siempre hay dos versiones»

Emre Mor ha vuelto a emplear las redes sociales para expresarse. Horas después de que trascendiera que tiene un esguince y, al mismo tiempo, ha vuelto a ser apartado por Unzué, el turcodanés se refirió velada pero claramente al asunto. «No creáis todo lo que leéis, recordad que siempre hay dos versiones de todas las historias. Buenas noches», escribía alrededor de las 22.00 horas de ayer miércoles. Instagram había sido en su día el medio escogido para pedir perdón por llegar tarde a los entrenamientos, revelando así a la vez que esa había sido la falta de disciplina que le había costado el castigo de Unzué. Luego, ante sus pocos minutos, recordó que había sido elegido el mejor céltico de febrero.