Unzue y Marcelino: vidas paralelas, presente diferente

X.R.C.

GRADA DE RÍO

JOSE JORDAN | AFP

Unzué y Marcelino, plata en el Mundial juvenil de 1985, se miden tras un año cargado de diferencias

21 abr 2018 . Actualizado a las 17:12 h.

Los caminos de Unzué y Marcelino en el mundo del fútbol han sido paralelos. Coetáneos, los dos fueron compañeros en la España juvenil que el 1985 se hizo con el subcampeonato del Mundo en la entonces URSS tras perder la final en la prórroga (1-0) con Brasil en la prórroga. Esta temporada, el destino les ha vuelto a cruzar en dos banquillos marcados por el pasado inmediato y el asturiano se ha coronado devolviendo al Valencia a la Champions mientras el navarro apura las opciones de Europa en el Celta post Berizzo.

Rusia es el punto de partida de la historia de los dos entrenadores, claves en el cruce de semifinales para dejar fuera a los anfritriones. Unzué paró dos penaltis y Marcelino metió el suyo.

De vuelta con una plata al cuello sus caminos en el fútbol profesional fueron distintos. Marcelino hizo carrera en el Sporting, Santander, Levante y Elche, mientras que Unzué brilló en Osasuna, vivió días difíciles en el Barcelona y fue una pieza destacada en el Sevilla antes de iniciar el camino de regreso a Pamplona vía Tenerife y Oviedo. Como rivales solo coincidieron cinco minutos en el campo en un Sporting-Osasuna (3-0) en 1987 según Afouteza e corazón.

Como entrenadores, Marcelino acumula más experiencia (Sporting, Zaragoza, Sevilla, Villarreal...) y esta temporada tenía un reto de lo más difícil, reconstruir un Valencia que parecía en fase de liquidación. Hace un año el equipo vivía en tierra de nadie (décimosegundo) con 40 puntos tras de un inicio penoso de campeonato. Hoy tiene 25 puntos más y la Champions es una cuestión de matemáticas. «No es facil ?conseguir este cambio reconoció Unzué? pero tiene un muy buen equipo, y a veces son un poquito mejores o peores dependiendo de lo que tú seas capaz de trasmitir. Jugadores como Rodrigo, Soler, Zaza..., han mejorado su rendimiento. También es importante comenzar bien, su autoestima se vino arriba, y encontraron conexión con la afición».

A Unzué le ha faltado un poco de todo para hacer olvidar el pasado inmediato con dos semifinales como legado del Toto. Su Celta comenzó con dos derrotas, le costó enderezar el rumbo y salvo en enero, nunca fue capaz de alcanzar la velocidad de crucero. Como consecuencia, el equipo apura ahora los últimos coletazos para subirse al tren que conduce a Europa y todo indica que gran parte de su futuro en el Celta depende de la clasificación final y de la imagen de un equipo al que le ha costado ser regular, tanto en el juego como en los resultados.

Casualidades del fútbol, aquellos compañeros en el estadio Lenin hoy dirimen una contienda vital para el portero. Como aquel quinto penalti que en su día detuvo a Tatarchuk.