Con la vista puesta en la orilla del Guadalquivir

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

12 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Veintiún puntos en juego. El Betis es el que mejor tendencia presenta. Por números y por sensaciones. Setién parece haber encontrado la tecla a tiempo. El pleno de doce puntos no solo catapulta a un equipo que nadaba en la zona de confort sin grandes pretensiones, lo convierte, con el calendario en mano, en uno de los favoritos a retener el pasaporte europeo. Por Heliópolis han de pasar todavía Las Palmas y Málaga, dos equipos desahuciados, además de sus vecinos del Sevilla. Otra ficha clave. Los de Montella condicionan la plaza supletoria vía liga, la séptima, y no es poco condicionar. Un equipo, o dos casi por plantilla, que parece haber dejado la competición regular aparcada para exprimir sus opciones en Champions y Copa. Sus últimos cuatro partidos consecutivos sin ganar, tres de ellos con derrota, la última con cierto estrépito en Vigo, pintan un semblante incierto para un club que se ha tambaleado en lo doméstico. Que despidió a Berizzo en la víspera de las Navidades siendo quinto y que ahora no tiene garantizada su presencia en Europa la próxima campaña. Por potencial, no hay más que deletrear sus prestaciones, los de Nervión son los más fuertes de los contendientes en liza. Pero si hablamos de sensaciones y de resultados, vaya usted a saber. Lo que da la impresión, a estas alturas del cuento, es que por la orilla del Guadalquivir pasan las mayores expectativas, con un Villarreal que resiste, al acecho, en la sexta plaza, pero que llega al tramo final en horas bajas. De sus últimos diez partidos solo ha conseguido firmar la victoria en tres y uno de ellos tras detener Asenjo sendos penaltis. Sus últimas derrotas en Málaga y en su feudo ante el Athletic dejan a los de Calleja tocados ante un calendario exigente. Lo del Girona, en esta terna, es otra historia. Sin presión, sin cartel de favorito, con una temporada histórica ya en el bolsillo y un sello digno de elogiar, los de Machín inician la recta final en una posición privilegiada y con opciones de dar la campanada. Y al asomo, un Celta al que le queda el margen de maniobra justo para no verse en la cuneta jornadas antes de que la liga capitule. Que tiene en Butarque más que una opción, una obligación.