Nolito regresa a donde resurgió

GRADA DE RÍO

OLI SCARFF

El gaditano vuelve el sábado a Balaídos para medirse a un Celta en el que vivió la mejor etapa de su carrera deportiva y en donde dejó muchos amigos

05 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El 14 de mayo del 2016 Nolito disputaba su último partido como jugador del Celta. En el Calderón, frente al Atlético de Madrid, ponía fin a una etapa que duró tres temporadas y en la que, según dijo una y otra vez, había sido muy feliz. Porque el Celta no fue una parada más en el camino del gaditano. Fue en Vigo donde se reencontró con el jugador que era, donde se ganó ser internacional con España y donde se colocó en el escaparate internacional para marcharse a uno de los grandes equipos europeos. Nolito conectó con el Celta y el celtismo, y por eso este sábado, cuando regrese por primera vez a la que fue su casa, será un partido especial.

Manuel Agudo Durán dejó el Celta en el verano del 2016 para poner rumbo al primer proyecto de Guardiola en el Manchester City. El club inglés abonó los 18 millones de cláusula de rescisión del atacante, al que el entrenador conocía de su etapa en el Barcelona. Como azulgrana, Nolito no había logrado ganarse un sitio en el primer equipo, lo que le había llevado en el estío del 2011 a marcharse a un Benfica en el que no congenió con el entrenador. Vivió una cesión al Granada y regresó a Portugal, pero no cuajó. En verano del 2013 se reencontró en Vigo con Luis Enrique, y todo cambió.

A pesar de que le costó coger el punto de forma, Nolito se ganó la titularidad y cuantos más partidos pasaban, más imprescindible era. A lo largo de tres campañas acabaría jugando 103 contiendas con el Celta, marcaría 39 goles y daría 23 asistencias. En ningún club consiguió alcanzar ni semejantes cifras de encuentros ni de goles. Porque en el City no encontró su sitio y el verano pasado hizo las maletas rumbo al Sevilla, a pesar de que los vigueses también le seguían la pista.

Fue el propio director deportivo del Celta, Felipe Miñambres, el que mantuvo viva la esperanza del regreso de Nolito cuando reconoció que el extremo estaba en el radar del club. «En el aspecto numérico no es factible pero en el afectivo sí lo es. El problema es que a veces uno no acaba de hacer coincidir lo afectivo con lo económico. Pero sí que nos vemos con opciones porque otros equipos pueden tener sus ventajas pero nosotros también podemos tener otras», había dicho el maragato sobre el caso del sanluqueño, que a mediados del julio pasado selló su marcha al Sevilla, un club en el que no ha logrado el protagonismo deseado.

Sevilla, plaza complicada

Hacerse un hueco en la poblada plantilla de campanillas del Sevilla no es sencillo, y Nolito lo sabe. En toda la temporada ha participado en 33 partidos ?23 de Liga, cuatro de Champions, dos de clasificación para el torneo continental y cuatro de Copa del Rey? pero apenas supera los 1.750 minutos. Ha sido titular en una veintena de encuentros, pero sin encontrar la regularidad. Lleva cuatro goles y no ha logrado contentar a la exigente parroquia sevillista. No como le sucedió en Vigo, donde se ganó por la vía rápida el cariño de una afición que a buen seguro le recibirá con una ovación en Balaídos. Nolito, con su proximidad, fue uno de los suyos y el celtismo lo tiene guardado en la retina. El mismo cariño que le tiene un vestuario en el que dejó amigos y compadres.

Del Sevilla cargado de excélticos de la primera vuelta, a un solo nexo común

Han pasado menos de cinco meses desde que el Celta se plantó en Nervión para verse con el Sevilla más celeste de la historia, pero de aquel equipo en el que abundaban las historias forjadas en A Madroa apenas quedan restos. Nolito es el único excéltico que continúa en el Pizjuán, después de que el cuerpo técnico de Eduardo Berizzo fuese despedido y de que Michael Krohn-Dehli, la otra pieza excéltica, cambiase la ciudad hispalense por la herculina.

El partido de la primera vuelta fue especial por la cantidad de reencuentros que se produjeron sobre el césped y en los intramuros del Pizjuán. Comenzando por el de Berizzo con su exequipo. Por entonces el técnico argentino ya estaba cuestionado. La larga sombra de Emery, el rendimiento de algunos futbolistas y el tiempo que el equipo tardaba en asumir la nueva filosofía estaban preparando el caldo de cultivo que, un mes más tarde, acabaría por provocar la destitución del técnico y la marcha de todo el grupo de trabajo que tan buenos resultados había cosechado en Vigo y que, además, había logrado una comunión envidiable con la afición.

En aquel partido, en el que abundaron los abrazos entre antiguos camaradas de vestuario, Nolito había sido el autor del segundo tanto de los sevillanos, que a la postre acabaría dándoles la victoria. El de Sanlúcar de Barrameda fue de la partida en el once perfilado por el Toto, mientras que Michael Krohn-Dehli también tuvo sus minutos, pero partiendo desde el banquillo. El centrocampista danés milita hoy en el Deportivo, por lo que el capítulo de reencuentros de este sábado en Balaídos tan solo se limitará a Nolito. Los demás, en solo unos meses, han desaparecido del sevillismo.