Caballero remite a palabras de Caride y afirma que nadie le marca los tiempos

Efe VIGO

GRADA DE RÍO

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El alcalde de Vigo mantiene que la concejala de Urbanismo «dejó todo clarito, clarito, clarito» sobre las objeciones del Concello la aciudad deportiva

27 mar 2018 . Actualizado a las 14:07 h.

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha remitido a las palabras ayer de la concejala de Urbanismo, María José Caride, como réplica a las declaraciones previas del presidente del Celta, Carlos Mouriño, y ha justificado su postura en que nadie le marca los tiempos. «Mis tiempos los marco yo. Al alcalde de Vigo nadie le marca tiempos», ha dicho Caballero en rueda de prensa ante la insistencia de las preguntas sobre las acusaciones vertidas por Mouriño, como que pretende someterlo o que rompió el acuerdo sobre la concesión de Balaídos si no «entorpecía» la ciudad deportiva en Mos.

El regidor vigués ha felicitado a la concejala María José Caride por sus «muy buenas» explicaciones ayer sobre las alegaciones presentadas al proyecto de modificación del plan general de Mos para dar cabida a la ciudad deportiva y al centro comercial anexo que proyecta el Celta en aquel municipio. En su opinión, Caride «dejó todo clarito, clarito, clarito» sobre este asunto.

El PP habla de «ataque injustificado e injustificable al Celta»

Antes, el PP de Vigo y el delegado territorial de la Xunta, Ignacio López Chaves, habían arremetido contra Caballero por tratar de tapar, desde su punto de vista, que el concurso para la redacción del nuevo plan general haya quedado desierto con este «ataque injustificado e injustificable» al Celta.

La portavoz del PP, Elena Muñoz, ha acusado a Caballero de haber «mentido» al Celta y de tratar de «someter» al club celeste, al igual que «muchos colectivos» que no comulgan con sus tesis pero que «callan para no sufrir la ira y las represalias» del alcalde, que pretende convertir la ciudad en «una especie de Venezuela». Según Muñoz, «el único pecado» del Celta y de su presidente es «no arrodillarse» ante Caballero, quien «se cree el dueño de Vigo y de los vigueses» y corre el riesgo de convertirse en «el alcalde que echó» a la entidad celeste de la ciudad, ha aseverado.