El problema no está en el físico

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

La irregularidad del Celta no responde a la desterrada teoría de los picos de forma

15 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La irregularidad que atraviesa el Celta nada tiene que ver con su rendimiento físico porque, para empezar, los picos de forma, que tantos ríos de tinta han hecho correr, no existen en las disciplinas colectivas. Lo aseguran dos preparadores físicos, Gorka Gómez y Borja Ropero, que insisten en desterrar la idea de que en modalidades de grupo se pueda diseñar una temporada con la idea de llegar bien a determinados tramos. «Es imposible que en un deporte colectivo busques momentos o picos de forma. Desde hace mucho tiempo lo que se intenta es estar siempre en un ocho, que tu rendimiento esté siempre alto», explica Ropero.

«En deportes individuais podes prepararte para chegar ben a un determinado campionato, pero nos de equipo ¿como elixes qué tres puntos son máis importantes? Tes que estar ben en todos os encontros», añade Gómez. A menudo, cuando un equipo, o incluso algún jugador en concreto, no atraviesa buenas rachas, como es el caso del Celta, se pone el foco en su rendimiento físico, pero para los dos expertos la explicación se encuentra en otros factores. «Hai moitas circunstancias que poden influír. Para analizalo tes que estar dentro, pero, como en calquera traballo, hai cuestións externas, psicolóxicas, propias do xogo, ou incluso dos rivais, que inflúen».

Ropero es de la misma opinión. «Es raro que sea un problema físico, normalmente suele ser más una dinámica de grupo, cosas a nivel técnico táctico que antes hacías bien y en las que ahora empiezas a fallar porque eres persona, puedes errar y pierdes la concentración 40 segundos». Además, en el caso del Celta recuerda que «yo en los últimos partidos no percibo un equipo derrotado o que no llega a los últimos minutos disputando el encuentro».

Gorka Gómez pone sobre la mesa una realidad. «Hai moitos partidos nos que un equipo pode dar a sensación de estar nun mal momento de forma, pero se comprobas as análises físicas é cando máis corre. Non cando o equipo xoga mellor é cando máis se espreme fisicamente», sostiene. A nivel individual, describe Ropero, «puede suceder que un jugador baje su rendimiento en un momento dado, pero seguramente si se somete a un análisis profundo se comprobará que no hay nada que indique que tiene un bajón físico». El preparador apunta los dos tipos de fatiga existentes, la aguda, que es la que surge tras un ejercicio, y la crónica. «Esta es la acumulación de carga que puede hacer que llegue un momento en que tu organismo empiece a resentirse. Por eso surgen la rotaciones. Un futbolista que acabe el año con 50 partidos tiene que resentirse en algún momento», explica, «de ahí la idea de rotar, vamos a intentar que todo el mundo sea partícipe, juegue y que no se sobrefatigue a un mismo futbolista».

Calcular cuántos partidos puede disputar un jugador sin que su rendimiento se resienta es muy complejo, y se trabaja en el sentido inverso, en lograr que esté bien el máximo de tiempo. «A intención é tentar que o xogador estea a un bo nivel competitivo todo o ano. Inflúe moitísimo o factor descanso, a preparación e as posibles lesións que se interpoñan no camiño», desgrana Gorka. En el caso del Celta, recuerda que Rafel Pol sitúa en la pretemporada y el inicio del curso el mayor volumen de trabajo. «Nos anos 60 e 70 a preparación física era un decorado, non se adestraba, agora trátase de preparar o aspecto físico en función do modelo de xogo do equipo. Adestras de forma específica orientando o traballo da semana ao que quere o técnico». En el caso del Celta, y de la gran mayoría de equipos, esa preparación se hace ahora por medio del balón, repitiendo patrones de trabajo.

Los futbolistas de hoy, coinciden, son casi atletas y su rendimiento se prepara a largo plazo, para toda la temporada.