Una historia conocida en Vigo

La Voz

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

La opción de que Luis Enrique entrene la próxima temporada en la Premier destapa de nuevo la posibilidad de que se lleve al cuerpo técnico del Celta

10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Como un déjà vu. En julio del 2013, recién llegado Luis Enrique al banquillo del Celta, el celtismo se inquietó por las noticias que colocaban al asturiano al frente del banquillo del Barcelona en sustitución de Tito Vilanova. Cuatro años después, una de las primeras preguntas para Juan Carlos Unzué en su presentación era si el contrato de dos años que acababa de firmar por el cuadro vigués tenía cláusulas liberatorias para él y su cuerpo técnico, algo que el navarro admitió, aunque matizando que los contratos no solo están para cumplirlos (una frase que también utilizó Lucho) sino para ampliarlos.

Siete meses después, Luis Enrique suena con insistencia para sustituir a Conte en el Chelsea a la conclusión de la temporada. Medios ingleses apuntan que se incorporará con su cuerpo técnico, aunque con la duda de Juan Carlos Unzué, que parece difícil que vuelva a un segundo plano tras asumir el papel de primer entrenador.

El portal inglés standard.co.uk publicó que Luis Enrique había decidido esperar hasta el verano para volver a entrenar y cumplir así su deseo de tomarse un año sabático y esperar a su cuerpo técnico. El mismo medio reconoce la dificultad de que Unzué vuelva a ser su segundo: «A Luis Enrique le resultará muy difícil convencer a Unzué de que vuelva a su papel de asistente, a pesar de que ambos son muy buenos amigos. Unzué era considerado el más importante de todos los auxiliares de Enrique en Barcelona ya que estaba a cargo de muchas de las tácticas. Si decide seguir siendo primer entrenador, Luis Enrique todavía querrá a Moreno, Pol y Valdés como parte de su personal en el Chelsea, si acepta los términos».

Frente a esta posibilidad, aparece el compromiso dado por Unzué y sus colaboradores de cumplir su contrato, aunque con opciones de salida en caso de desearlo. Todo, según el anuncio del entrenador navarro en su primer día en Vigo. «El cuerpo técnico también firma por dos años», dijo en su presentación para añadir a continuación que «los contratos, tal y como se firman ahora, tienen vías de escape para los dos lados, pero se firman con la intención de cumplirlos y renovarlos». Ninguna de las partes dio detalles.

La situación, que parece no afectar al presente, tiene similitudes con las vividas en los primeros meses de estancia de Luis Enrique en el verano del 2013. Recién llegado, en plena pretemporada en Melgaço, su nombre y el del Tata Martino fueron los que sonaron para sustituir a Tito Vilanova al frente del Barça. Depués de días de incertidumbre, fue el argentino el elegido. El entonces entrenador del Celta lo negó todo: «Por parte del club y por mi parte no ha habido ningún contacto, solo ha sido rumorología, cosas a las que nosotros dentro del club hemos estado ajenos toda la semana». Ahora se escribe otro capítulo de una historia conocida.