Debut en Balaídos a los 78

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

El celtista Javier Álvarez llevó el pasado domingo a ver el Celta-Real Madrid a su abuelo, que nunca había salido de Ourense

10 ene 2018 . Actualizado a las 10:35 h.

Javier Álvarez es celtista de toda la vida, tiene 30 años y desde los 18 acude asiduamente desde Ourense, de donde es originario, a Balaídos siempre que hay partido del equipo. El pasado domingo, sin embargo, tuvo un acompañante que nunca antes había acudido con él; es más, «nunca había salido de Ourense», especifica. Se trataba de su abuelo Julián, de 78 años y que, muy a pesar del nieto, es simpatizante del Real Madrid. De ahí que fuera la ocasión perfecta para llevarle a vivir una experiencia nueva e inolvidable.

«Durante todo el día no calló un segundo. Por el camino no paraba de alucinar con cada cosa que veía. Y al llegar a Vigo lo mismo», narra Javier. Aprovechó para enseñarle algunos de los sitios más emblemáticos de la ciudad, pero lo mejor estaba por llegar en el momento de acceder al estadio y lo que esperaba después. «Una hora antes entramos para que viera Balaídos por dentro y quedó pasmado mirando el terreno de juego como si fuera un niño pequeño con una piruleta», cuenta Javier.

No faltaron los vaciles: «Me dice que el Celta es un club pequeño que nunca ganará nada y el Madrid un grande», dice el nieto, al que nunca le atrajeron ni Madrid ni Barcelona por mucho que se lo intentaran inculcar de pequeño, asegura, y siempre tiró por el Celta. Pero el pique en este caso era lo de menos. «Seas del equipo que seas, lo importante es ver la felicidad en el rostro de una persona mayor. Nunca le había visto tan feliz, e incluso echó alguna lágrima. No perdía detalle de ninguna jugada», comenta.

El abuelo de Javier, además, también tiene simpatía por los equipos gallegos «y si juegan bien al fútbol, mejor aún». Por eso no tuvo problema en reconocer tras el partido que «lo tenía que haber ganado el Celta fácil». Al final, abuelo y nieto se fueron igualmente satisfechos, por el resultado y por el debut de Julián en Balaídos a los 78 años.