Un punto a base de fútbol y corazón

GRADA DE RÍO

El Celta volcó el campo para neutralizar los dos tantos de Bale y Maxi terminó firmando el empate

08 ene 2018 . Actualizado a las 00:22 h.

El Celta conquistó un punto por corazón y por fútbol. Frente a un Real Madrid que a punto estuvo de llevarse su enésimo triunfo de Balaídos merced a la pegada de Bale en un par de minutos inspirados. Casi todo lo demás que sucedió fue de color celeste. Iago Aspas no marcó, pero lideró el ataque frontal de un equipo que comenzó ganando con una preciosa vaselina de Wass, que vio como el contragolpe blanco volteaba el marcador por la vía rápida y que en el segundo tiempo, a base de insistencia y pese a errar Iago Aspas su primer penalti en Primera, vio como Maxi Gómez marcaba de cabeza el tanto de un empate tan merecido como cargado de simbolismo. Por fin, Balaídos dejaba de ser territorio amigo para un Madrid que pecó de indolente en la presión y que no quiso el balón pese al puñado de talento que puso en el campo.

El Celta, con cinco cambios con respecto a la Copa, fue creciendo en el primer tiempo. Lo hizo a través del contragolpe para superar la presión de un Real Madrid que salió mandón y acaparador. Sin embargo frente al dominio blanco apareció el juego en largo, los desplazamientos de Rubén desde su portería, el juego de espaldas de Maxi y sobre todo la aparición por todos los rincones de Iago Aspas. Ese cóctel, provocó tres ocasiones claras de gol. La primera terminó en el palo de Keylor Navas con un disparo al primer toque del moañés tras un centro de Hugo Mallo. La segunda en una mala resolución de Wass tras una triangulación con Maxi y Iago, y la tercera en gol. Del danés en una contra con vaselina incluida sobre la media salida del portero costarricense.

 

El 1-0 ratificaba el crecimiento vigués en el partido, pero la preponderancia en el marcador le duró un suspiro al Celta. El tiempo que tardó en encontrar Bale dos huecos en la zaga celeste, que registró cambio de centrales. En el primero definió con un tiro cruzado una asistencia de Kroos tras fallo de Maxi, y en el segundo, al límite del fuera de juego, le ganó la partida a la defensa tras un pase filtrado de Isco.

El 1-2 dejó tocado al Celta, pero el paso por el vestuario lo devolvió al campo cargado de energía y pleno de moral. Cambió el contragolpe por el juego de toque y convirtió a los blancos en espectadores de una sucesión de oportunidades que parecían no tener final feliz. La película del segundo tiempo fue reiterativa. Saque el largo de Keylor Navas, recuperación de balón a la altura del centro del campo, dirección de maniobra por parte de Iago Aspas y jugada de ataque del Celta. Pero faltó puntería. Jonny disparó alto desde la frontal, Maxi buscó el gol imposible de tacón a pase de Iago que atrapó el portero tico, que poco después derribó a Iago dentro del área, que por primera vez erró un penalti en la máxima categoría. Tiró a la derecha y Keylor Navas le adivinó el costado y sacó el esférico.

A la desesperada, Unzué buscó una vuelta de tuerca con la entrada de Lobokta y Emre Mor, pero fue un uruguayo el que hizo justicia. En una apertura a banda de Iago, con centro de Wass y un cabezazo inapelable que acabó en el fondo de la red y que puso Balaídos patas arriba. Era el minuto 81, y el Real Madrid todavía pudo salvar los muebles, pero Rubén hizo la parada de la noche a un tiro de Lucas Vázquez. En esta ocasión el fútbol fue justo.

Ficha técnica:

2 - Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny; Wass (Jozabed, min.89), Radoja, Hernández, Pione Sisto (Emre Mor, min.72; Iago Aspas y Maxi Gómez.

2 - Real Madrid: Keylor Navas; Achraf, Varane, Nacho, Marcelo; Casemiro, Modric (Lucas Vázquez, min76), Kroos; Isco Alarcón (Kovacic, min.77), Bale (Asensio, min.84) y Cristiano Ronaldo.

Goles: 1-0, m.33: Wass. 1-1, m.36: Bale. 1-2, m.38: Bale. 2-2, m.81: Maxi Gómez.

Árbitro: Jaime Latre (comité aragonés). Amonestó a Hugo Mallo y Aspas, por parte del Celta de Vigo, y a Casemiro y Keylor Navas, por parte del Real Madrid.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimoctava jornada de la Liga Santander disputado en el estadio de Balaídos ante 20.872 espectadores.