El de Catoira está en el punto de mira por su demanda de dos años de renovación, pero eso no le alteró lo más mínimo
29 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Un mes después de su última titularidad, Sergio Álvarez volvió a ponerse bajo palos en un partido oficial y lo hizo en un momento delicado. Apenas 24 horas después de que el presidente Carlos Mouriño le enviase un recado por su demanda de dos años de renovación. El de Catoira está en el punto de mira, pero eso no le alteró lo más mínimo. De hecho, su actuación, junto a la de un impoluto Hugo Mallo, fue de lo más salvable de la contienda.
El Eibar llegó en cerca de veinte ocasiones al área del guardameta y en el arranque del segundo tiempo le hizo presumir de reflejos con tres intervenciones casi seguidas y meritorias. Metió una mano a Charles y detuvo dos tiros cargados de peligro de Bebé. Paradas que sostuvieron a su equipo, aunque también vivió un momento delicado cuando una mala cesión de Fontás le hizo probar a despejar el esférico, se resbaló y el Eibar, que presionaba, casi se hace con la pelota en el área.
«Estoy contento porque el equipo sigue en la competición y por poder ayudarle. Intento hacerlo lo mejor posible, lo importante es que el equipo pasa ronda y ahora a pensar siguiente partido», comentó el portero de Catoira nada más acabar la contienda. Sergio reconoció que la imagen dada por el grupo no fue la mejor, pero «supimos competir a pesar de no estar bien con el balón, a lo largo de la temporada siempre hay partidos como este». Por delante viene un calendario con Miuras como Barcelona y Valencia y cree que el Celta «dará la cara».