La afición mandó su apoyo al excéltico para su lucha contra el cáncer
25 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Casualidades del fútbol, Berizzo ya había sido protagonista en un partido entre el Celta y el Leganés. Ante ese club se estrenó como goleador celeste. 16 años y muchos partidos después, tanto sobre el terreno de juego como en el banquillo, el Toto es un mito para el celtismo. Una afición que no necesita un contratiempo en su vida como el cáncer al que se enfrenta para mostrarle su adoración, pero que encontró en ese hecho un pretexto para gritarlo. No como nunca, sino como tantas otras veces, en realidad.
El Celta -tras mandarle su apoyo por las redes el miércoles como miles de celtistas- había comenzado el homenaje de ayer ya por la mañana: cambió la habitual foto de un jugador de la plantilla por una del hoy técnico del Sevilla para el cartel del partido. Antes, por la redes había corrido como la pólvora la iniciativa de corear su nombre en el minuto seis, su dorsal cuando vestía de corto en Vigo. Quizás algunos no se enteraron de la convocatoria, pero no importó, porque el estadio fundió sus voces al unísono para que el Toto sepa que están con él. En el 6 de la primera parte, de la segunda y de nuevo con el pitido final.
Ni siquiera esperó Balaídos al primer minuto seis. Aunque ese fue el momento que erizó la piel de más de uno y que seguro que hizo que otros pensaran que el frío y la lluvia habían merecido la pena para participar de tan emotivo homenaje, ya antes del inicio las gargantas celestes se habían rendido al Toto. Cuando en videomarcadores se leía #AfoutezaToto con una foto del cruzalteño y en Marcador, como en Gol, asomaban pancartas para él.
Berizzo estuvo el jueves en Vigo. Muchos aficionados que se toparon con él le saludaron y le dieron ánimos. Otros confesaban que no se atrevieron. Que no se preocupen, porque Balaídos se encargó de gritar a los cuatro vientos que está a su lado. Lo dijeron Hugo y Unzué: el Toto tiene al celtismo para lo que sea y ninguna afición le va a hacer llegar sus ánimos con la misma fuerza. Es lo que tiene haber sido, para muchos, el mejor técnico de la historia del Celta y lo más importante, para todo el celtismo, «un de nós».