Derbi vikingo en el Sánchez Pizjuán

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

Cinco daneses y un noruego pueden coincidir sobre el césped en el Sevilla-Celta

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El césped del Sánchez Pizjuán se prepara para acoger una invasión vikinga, pero sin «drakkars», escudos, ni cuernos en los que beber hidromiel. Habrá fútbol. Solo fútbol. El Celta y el Sevilla, dos clubes que han convertido las tierras del norte en un caladero del que nutrirse de calidad y profesionalidad, se ven las caras con hasta media docena de jugadores llegados de Dinamarca y Suecia en lo que se perfila casi como un miniderbi danés. Será un duelo de viejos conocidos, de compañeros de selección y de amigos. Una contienda especial en la que durante 90 minutos las relaciones quedarán a un lado.

El Celta tiene querencia por los futbolistas daneses. Fue Michael Krohn-Dehli, hoy en las filas rivales, el que abrió la veda en el año del regreso a Primera División, y desde entonces otros tres jugadores con la bandera roja y blanca en su pasaporte han seguido su camino. Daniel Wass fue el elegido para tomar el relevo de su íntimo amigo y más tarde llegaron un Pione Sisto en estado de gracia y un Andrew Hjulsager al que el Celta firmó como proyecto de futuro. A ellos se suma un nórdico cuyo origen está unos cientos de kilómetros más arriba, John Guidetti, que llegará a Sevilla reclamando protagonismo con la mirada puesta en Rusia.

Los tres daneses y el sueco del Celta se encontrarán sobre la hierba del estadio sevillista con Michael y también con Simon Kjaer, con el que Pione ha compartido la última semana. El defensa de Berizzo, fichado el pasado verano, es el capitán de la Dinamita Roja, y compañero de fatigas de tres de los célticos. En su momento coincidió con Wass y en las últimas fechas ha sido testigo de primera mano de cómo Pone Sisto entraba arrasando en la selección danesa. Sin ir más lejos, los dos fueron titulares en la contienda frente a Irlanda que selló el pase de los nórdicos a la repesca del Mundial.

Pero tras convivir bajo el paraguas danés, ahora les tocará verse frente a frente en un choque que Daniel Wass admite que tendrá un cariz diferente. «Será un partido especial, claro, está Michael, pero también Simon Kjaer», señalaba ayer el centrocampista, que aunque admitía que «es un encuentro especial para los nórdicos».

Íntimos amigos

La relación que une a Krohn-Dehli y Wass es especialmente estrecha. Son íntimos amigos, lo mismo que sus familias, hasta el punto de que se van juntos de vacaciones. Esta semana todavía no han hablado, pero tampoco sería necesario. Se conocen bien y saben cómo piensan. Ambos se han enfrentado en el pasado y entienden como natural que durante hora y media solo mandará el balón.

Durante ese tiempo no recordarán que fue el sevillista, del que el celtismo guarda un muy grato recuerdo, el que recomendó a su compatriota fichar por los vigueses. «Es una persona especial, un muy buen amigo para mí y mi familia. Jugué cuatro o cinco años con él y con Dinamarca. Hablé con él antes de venir aquí y fue una persona importante para que yo fichase».

Una tarde de reencuentros: Aspas vuelve a Sevilla y los celestes se miden al Toto y a Nolito

A nivel emocional y de reencuentros pocos partidos pueden ser más especiales que el que se presenta el sábado en el Sánchez Pizjuán. Los hilos del Celta y el Sevilla se entremezclan una y otra vez para convertir la contienda en una tarde de fútbol, pero también de recuerdos.

Iago Aspas, revestido por su internacionalidad, su liderato y su pichichi nacional de la temporada pasada, regresará a un estadio en el que ejerció de local durante una campaña. Cada vez que habla de su paso por el Sevilla lo hace con cariño, a pesar de que no llegó a triunfar en el club hispalense. Eso le estaba reservado para el regreso a Vigo. Allí dejó amigos y también el respeto de una afición que ahora intenta ganarse con fútbol y resultados el Toto Berizzo.

Será la primera vez que el argentino se enfrente como entrenador al que fue su equipo. Se verá las caras con una plantilla a la que hace unos meses arengaba, con la que disfrutaba y con la que sufría. Eduardo y su cuerpo técnico dejaron atrás un proyecto de tres años labrado a su imagen y semejanza y que todavía conserva alguno de sus trazos, aunque ha perdido los más distintivos, la presión, las marcas y el hambre desmedida.

«Será un partido especial porque ahora Berizzo entrena al Sevilla y aquí estuvo tres años muy especiales», comentaba ayer Wass poniendo de alguna manera voz al vestuario.

Nolito, enfrente

Pero los reencuentros no se quedarán en el banquillo. Es probable que Hugo Mallo tenga que verse las caras con un Nolito que fue su compañero y que ahora viste de rojo. Será la primera vez que el gaditano se enfrente al equipo que le recuperó para el fútbol a gran escala y que le abrió las puertas de la selección.

Siempre ha dicho que al Celta le debe mucho y que fue feliz en Vigo, aunque el sábado dejará atrás los recuerdos para intentar hacer un buen papel y comenzar a remontar en una temporada que le está resultado difícil. Cuando acabe el partido podrá abrazar a los que fueron sus compañeros y a especialmente a su compadre, Andreu Fontás.