La grada de animación pasa inadvertida seis partidos después

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

La zona no está acotada, la mayoría de socios se sientan en otras butacas y su presencia no se percibe

11 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que se presentaba como un proyecto ilusionante que había partido de las peñas y que surgía con vocación de dar un impulso al ambiente en Balaídos se ha quedado en nada. La zona de animación del estadio, situada en Río y bautizada por el Celta como Grada 1923, nació con polémica por unas normas que un sector amplio de la afición no compartía. Llegaron a bautizarla como «grada mordaza» y muchas agrupaciones se desmarcaron de inmediato hasta el punto que, fruto del descontento, nació una grada de animación alternativa. Seis partidos en casa después, no hay rastro del proyecto.

«Es una pena, pero creo que todo el celtismo estará de acuerdo en que no salió adelante por culpa del club debido a las restricciones», explica José Alonso, de la peña Irmandiños 1923. Esas normas establecían un tope de edad de 40 años, así como posibilidad de expulsión por cánticos contra jugadores o directivos o límites de asistencia para la mayoría inasumibles. «Muchos nos habríamos sumado si cambiaran las condiciones, pero hay que tener en cuenta que para los partidos en lunes o viernes no hay la misma disponibilidad, o que alguien de 50 puede animar más que uno de quince», indica Tomás Rodríguez, de Preferencia Celeste, al que no le sorprende la poca incidencia que ha tenido.

Para Luis Suárez, de Afouteza, «pasa completamente inadvertida, pero era de esperar con unas reglas absurdas que van contra la gente», señala en referencia también a requisitos como límites de edad que echaron para atrás a muchos aficionados a priori interesados en sumarse. «En realidad no es una grada pensada para la animación», señala el miembro de la peña viguesa, que tiene tres integrantes con carné de la Grada 1923.

También Irmandiños cuenta con algunos peñistas que se animaron, pero que al final han acabado en su mayoría uniéndose a ellos en el cuadrante que ocupan en Río Bajo. Alonso distingue entre dos tipos de miembros de la zona de animación. Un grupo, en vista de que la zona no está delimitada, se sienta «donde puede con el objetivo de ver el partido lo mejor posible» porque eligieron la mejor opción calidad /precio. Otros, «que son los menos», se sientan con ellos.

El hecho de que la zona no esté delimitada es lo que ha provocado que los abonados con ese carné -una cifra que se desconoce, al igual que el número de socios total que el club tampoco ha dado a conocer- no estén reunidos como se pretendía. «Por lo que sabemos, las obras del estadio impidieron que se acotara la zona con seguridad», dice Tomás. Y constata que «aunque en teoría los abonados tienen un sitio asignado, en la práctica se mueven por la grada porque no hay nada que lo impida». 

Tres sectores de pie

Actualmente conviven en Balaídos zonas de animación en tres gradas diferentes: Río, Marcador y Gol. «Debemos de ser de los pocos equipos con tres sectores. Si se juntaran formaríamos un bloque que sería la envidia de muchos campos de Primera en una grada con gran visibilidad», reflexiona Alonso. Él esta convencido de que este es un año de transición y de que el club replanteará la situación el próximo curso. Mientras, tiene clara cuál es la receta: «De momento, hasta que el Celta no caiga de la burra, que cada celtista haga lo máximo posible desde su asiento y que eso dé puntos al equipo».

«Todo sigue igual, algunos con carnés más baratos»

Borja Soto, peñista de Irmandiños, es uno de los socios que se decidieron por el carné de la Grada 1923. No oculta que las condiciones ventajosas del abono fueron un aliciente importante, pero no el único que le condujo a esta elección. «Justo me coincidía con el cambio de edad -al sobrepasar los 25- y me suponía pagar la mitad de precio estando más o menos en la misma zona», recuerda.

Pero ese más o menos se ha convertido en exactamente en la misma zona. Porque Borja es uno de los aficionados que no se colocan en la butaca que les corresponde en vista de que la zona no está señalada. Y, en su caso, se sitúa con los peñistas de su agrupación, que mantienen su rutina de animar de pie durante todo el partido pero que ahora son algunos menos debido a que una parte se sumó al proyecto de Gol. «Todo sigue igual que antes, pero algunos con carnés más baratos», señala. Además, el Celta no les ha informado sobre si en el futuro se acotará la zona. «Se suponía que iba a estar acristalado y se entiende que es por las obras. Pero el club no nos ha dicho nada, como siempre», lamenta.

Admite Soto que su idea de grada de animación era otra: «Pensaba que iba a ser una grada donde iba a estar todas las peñas juntas y que iba a ser especial para la gente joven. Pero tal y como está, y con esos requisitos, no tiene futuro».