El último de la fila

Xosé R. Castro FONDO NORTE

GRADA DE RÍO

13 oct 2017 . Actualizado a las 09:50 h.

Sergio Álvarez es (o al menos lo parece) el último de la fila en la escala de prioridades del Celta a la hora de afrontar la renovación de los jugadores de la primera plantilla. Hace tiempo que se habla de negociaciones estancadas con Wass y Radoja, pero al menos en su día se dio el primer paso. En el caso del portero de Catoira, simplemente la partida no ha comenzado. Y si algún día comienza, durará cinco minutos. Porque incluso en esta situación O Gato sigue siendo, por encima de todo, un hombre de club.

La manera de operar de la cúpula céltica confirma una máxima: a Sergio todo lo que ha conseguido le ha costado más que los demás. Poco importa que siempre haya dado el nivel cada vez que ha tenido oportunidad de jugar, que esté dispuesto a acudir a cualquier acto o a representar al club al otro lado del planeta. Al de Catoira siempre se le ha mirado con lupa, especialmente en el ámbito deportivo y por parte de todos los estamentos, un sector de la afición incluido.

Da la impresión que nadie (o muy pocos) se han parado a pensar en lo que representa. Un ejemplo de trabajo para todos los canteranos (el primero en llegar y el último en irse cada día), un ejemplo de educación deportiva (ni una mala palabra cada vez que le esperaba el banquillo, que ocupó durante largas temporadas) y una disponibilidad absoluta para todo. Y por encima de todo, comportarse siempre como una persona normal. Quizás ese sea el gran pecado de O Gato.