El Celta está encajando demasiados goles y así cuesta el doble ganar los partidos. Si todo el equipo no defiende ni ayuda, el rival, sobre todo en este último encuentro, consigue llegar demasiado solo en posiciones de finalización, dispone de superioridad numérica y te genera ocasiones muy claras. Es cierto que los contrarios también están siendo afortunados, llegan tres veces y te marcan tres goles, pero el Celta tiene que tomar cartas en el tema defensivo.
Es una cuestión de un poco de atención y concentración colectiva, no se puede limitar al trabajo a una línea. Todo el equipo debe aplicarse en defender mucho mejor. La gente que está más alejada del balón tiene que prestar muchas más ayudas a quien lo tiene; cuando el rival ataca, hay que juntarse mucho más rápido y no conceder tantas posibilidades de centros. Al margen de que no estamos muy acertados en la línea defensiva, si ellos llegan con suma facilidad, pues es muy complicado pararlos.
Respecto a los goles encajados en el último cuarto de hora, en el fútbol cuando no logras cerrar el partido y faltan pocos minutos intentas conservar el resultado, eso hace que inconscientemente vayas cinco metros para atrás, no porque quieras meterte, sino porque psicológicamente quieres proteger tu portería, y a veces no es lo más indicado. Al margen de que tú reculas demasiado, cuando hay centros y situaciones de llegadas fáciles del rival, tienes que estar mucho más concentrado. El viernes hubo varias segundas jugadas y siempre llegaba el balón al equipo que quería finalizar el ataque. No creo que se trate de un problema de cambio de modelo, porque la plantilla es la misma, se trata de atención.