El fútbol hace justicia con O Gato

lorena g.c. / x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Jacobo Philippot

Sergio, con tres paradas vitales en el primer tiempo, fue pieza clave para que el Celta siga con vida

05 may 2017 . Actualizado a las 16:00 h.

Se ha pasado una vida trabajando duro. Ganándose con sudor y probablemente alguna lágrima cada minuto que ha disputado. Tuvo que salir de Vigo para foguearse, para granjearse una oportunidad, se mantuvo firme e impertérrito cuando otros le adelantaron en su camino a la portería, pero todo esfuerzo tiene su recompensa. Incluso esta temporada su titularidad ha sido objeto de debate. Pero el de Catoira siempre se ha mantenido al margen. En lo bueno y en lo malo.

Y llegado el Manchester United, lo de ayer fue una especie de justicia poética. Porque aquel niño que un día vio por televisión al Celta europeo, se convirtió de mayor en Sergio, y el señor Álvarez fue ayer el hombre del partido, especialmente de inicio. El que sostuvo al Celta durante la primera mitad y el que se ganó los elogios de un Jose Mourinho acostumbrado a tener a su disposición a los mejores porteros del mundo.

No habían transcurrido veinte minutos cuando Sergio salvó los muebles a su equipo por primera vez en la noche ante el Manchester United. Un paradón al joven y portentoso Rashford hizo que el Gato de Catoira se mereciese una ovación cerrada. El balón voló con rosca hacia el segundo palo y hasta ahí se estiró con la manopla izquierda el canterano.

Lo que en ese momento no sabía la concurrida parroquia de Balaídos era que el portero celeste todavía tendría que lucir más su repertorio. Anuló un intento envenenado de Mkhitaryan, que cada vez que percutía por la banda parecía llegar con peligro, y también paró los pies a Lingard. En ambas oportunidades dando un paso adelante y saliendo de la portería, algo que muchas veces le han achacado sus detractores.

Fueron paradas tan distintas como fundamentales. En unas presumió de reflejos, en otras tuvo sangre fría para aguantar sobre el césped y, en líneas generales, cumplió cada vez que los hombres de Jose Mourinho, se le aproximaron.

Sin embargo, Sergio no pudo redondear su noche mágica manteniendo la portería a cero. El libre directo de Rashford en la segunda parte fue un disparo demasiado letal. Aunque el de Catoira no estaba mal colocado, no consiguió desviar un balón que terminó colándose por su palo. Quizás porque el delantero del Manchester envió un obús imposible de detener. A mayores, el fútbol aéreo que otras veces se la atraganta en esta ocasión lo resolvió sin ningún fallo.

El partido es la confirmación de un futbolista que vive en esta recta final de Liga sus mejores momentos. Acumula partidos desde la lesión de Rubén Blanco (que tiene el alta pero no fue ni al banquillo) y en las últimas semanas se ha ido superando. Además, si Guidetti tiene un idilio especial con esta competición, O Garo no le va a la zaga. Sus paradas resultaron providenciales para tumbar al Shakhtar en el partido de vuelta y ante Krasnodar y Genk fue uno de los destacados. En Old Trafford su contribución será vital para el sueño.