El más peligroso de la Europa League

La Voz VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Salvador Sas

Pozuelo, del Genk, es el jugador que más ocasiones ha generado en el torneo

18 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De él dicen que es «el cerebro» del Genk, una de las estrellas de la Liga belga e integrante del mejor centro del campo de la competición con Berge y Malinovskyi. Pero, además, Alejandro Pozuelo (Sevilla, 1991) es el futbolista que más ocasiones de gol ha creado en la presente edición de la Europa League. Sin su presencia no se entiende el éxito continental del Genk.

Prácticamente todo el peligro del Genk pasa por Pozuelo, al que su técnico reservó este domingo para contar con él con todas las garantías frente a los de Berizzo. Más allá de sus goles -lleva ocho este curso, uno de los cuales decidió la eliminatoria de dieciseisavos frente al Astra-, de Pozuelo destaca su capacidad de organización del equipo, pero esta temporada sobresale por encima de todo su facilidad para asistir a sus compañeros, que le ha convertido en el auténtico rey de las ocasiones de su equipo.

Hasta el momento el sevillano ha dado un total de cinco asistencias en Europa League. La primera, en la derrota (3-2) contra el Rapid de Viena en la fase de grupos, fue la única que no sirvió a su equipo para sumar o para contribuir a que las eliminatorias cayeran de su lado junto con la que dio en San Mamés (5-3). Frente al Sassuolo, también en la fase, fueron dos los pases de gol que dio a sus compañeros (triunfo por 3-1) y ya en las eliminatorias, también asistió frente al Gent en el cruce que permitió al club avanzar hasta cuartos.

Ya en su primera experiencia continental, con el Swansea, debutó en la Europa League en la temporada 2013/2014 con gol. Fue saliendo del banquillo en la recta final ante el Malmö. En aquel curso Pozuelo cogió la experiencia de la que hoy hace gala en el torneo. Todavía marcó otro gol y acumuló 768 minutos aprovechando que el club, que disputó dos eliminatorias previas, alcanzó los dieciseisavos de final. Es lo más lejos que había llegado el andaluz hasta ahora en el torneo.

Cuando Michael Laudrup abandonó el club, Pozuelo fue perdiendo protagonismo y puso rumbo al Rayo en el verano del 2014. Pero con Jémez le costó hacerse un hueco y tras disputar solo once partidos esa temporada, decidió hacer las maletas con destino a su actual equipo. Con él como parte de la plantilla se consiguió la clasificación para la presente campaña de Europa League, que supuso el regreso de los belgas tras tres años de ausencia en el escenario continental.

Con el Genk firmó por dos temporadas -hasta junio de este año- con opción a otras dos, posibilidad que el club ya ha ejercido, por lo que actualmente está vinculado hasta el 2019. Pero con sus estadísticas y su rendimiento, ya le han salido muchas novias y no se descarta un traspaso por deseo suyo, si bien la idea delos belgas es retenerle mediante una mejora de su contrato. 

Inicios difíciles

Convertido en estrella del Genk, sus inicios no fueron tampoco un camino de rosas. Arrastraba problemas físicos fruto del tiempo que había estado sin equipo y, en paralelo a esto, sin la preparación adecuada. Pero su entonces técnico -lo fue hasta diciembre-, Peter Maes, se empeñó en sacar lo mejor de él y exprimir su potencial y lo logró. Le convenció para entrenar duro y se convirtió en su gran valedor.

Su otro pilar clave en esos inicios complicados fue el preparador de porteros, Erwin Lemmens. Con pasado en vario equipos españoles, con él no encontró la barrera del idioma que todavía sigue siendo un obstáculo para Pozuelo, pero que al mismo tiempo no le ha impedido convertirse en un jugador muy querido por el vestuario.

La paciencia que Maes mostró con él, consciente de sus cualidades técnicas, tuvo su fruto cuando se puso a tono a nivel físico. Pasó a ser el mejor futbolista del equipo e incluso el entrenador le concedió el rol de capitán cuando Thomas Buffel, el más veterano y emblema del equipo, estuvo fuera tras enviudar.

La marcha de Maes fue un golpe para él, como el propio Pozuelo admitió. Pero no ha sido obstáculo para su crecimiento. A sus 25 años, y a costa del Celta, quiere dar un paso más.