La noche en que Catanha decidió contra el Shakhtar

m. v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Enrique Guedes da Silva revive estos días uno de sus partidos más especiales como futbolista del Celta: el 8 de diciembre del 2000 en Balaídos

15 feb 2017 . Actualizado a las 16:18 h.

Enrique Guedes da Silva, Catanha, revive estos días uno de sus partidos más especiales como futbolista del Celta. «De los que no se olvidan», dice el goleador del equipo en la eliminatoria frente al Shakhtar de la temporada 2000/2001. Su tanto llegó en Balaídos, que en aquella ocasión acogía la vuelta, y fue el único del cruce.

«Habíamos conseguido empatar allí (0-0) y sabíamos que lo más importante era no encajar. Estuvimos toda la semana anterior concentrados pensando en ello», señala el futbolista hispano-brasileño. Pero con eso no bastaba. Había que marcar y en lo individual ese era su mayor reto. «Siempre he tenido ese instinto goleador en las venas y ante partidos como ese te motivabas todavía más. Todos los partidos que disputas son importantes, pero quieras que no, poco tiene que ver la Liga o la Copa con encuentros como este, que los juegas como si fueran a ser el último de tu vida».

Con esa idea en mente saltó Catanha aquel 8 de diciembre del 2000 al césped de Balaídos. A su lado, Cavallero, Yago Yao, Djorovic, Juanfran, Doriva, Giovanella, Karpin, McCarthy y Gustavo López. De las internadas del argentino llegaron las primeras ocasiones del partido. El propio Catanha desaprovechó una opción generada por el Cuervo justo antes de ver puerta. Fue a los 28 minutos y con Giovanella como asistente. «Recuerdo que fue de cabeza, tenía que ser así. Era algo bastante habitual en mí», continúa.

Más allá de su gol, el recuerdo del duelo es feliz para Catanha. «Fue un gran partido, que tuvimos controlado en todo momento. Con la concentración y la ayuda de la grada, en la que fue una de esas noches en las que sonó la Rianxeira, lo pudimos sacar adelante».

La misma receta es la que da Catanha para el actual Celta. «Entonces éramos favoritos y jugábamos primero allí, con ese frío del que no te resguardabas ni estando en el hotel», relata echando la vista atrás. Ahora ve el cruce «al 50 %», pero considera al Celta capaz. «Al jugar primero en casa, será muy importante que el celtismo se vuelque y que aprendan la lección de los últimos partidos en los que han encajado al final». Él no perderá detalle: «Siempre acompaño la Celta y estaré muy pendiente. Ojalá que sea otra gran noche como la nuestra».