Mouriño pide al concello de Vigo que le venda Balaídos al Celta

La Voz

GRADA DE RÍO

Daniel Portela

El presidente del Celta supedita su continuidad al frente del club vigués a que el Concello acepte su propuesta de compra

19 oct 2016 . Actualizado a las 14:01 h.

Carlos Mouriño compareció por fin ante los medios para aclarar el revuelo generado sobre posible la venta del Celta. Después de muchas especulaciones el presidente ha negado la venta del equipo vigués al holding chino esté avanzado y solo reconoció la petición de documentación por dicha empresa. El presidente ha iniciado su declaración cargando duramente contra Elena Muñoz, portavoz del PP en el Concello de Vigo, después de que ella especulase con la posibilidad de que el Celta no pudiese jugar en Balaídos si era vendido al grupo CITS por incumplimiento del convenio. «Los que dirigían este club cuando lo dejaron en la bancarrota era capital gallego. Se lo digo a Elena Muñoz. No la oí pronunciarse. ¿Vamos a tener que diferenciar por continentes cuál es el capital bueno y cuál es el malo? Le pediría a la Sra. Muñoz que me lo explicara», afirmó. El presidente del Celta mostró su malestar por el uso de Balaídos, «faltaría más que al equipo de la ciudad, al Celta, no lo dejaran jugar a Balaídos. Qué gran favor les debemos por dejarnos».

Pero el gran órdago que tenía preparado el presidente del Celta llegó cuando afirmó que el futuro del equipo «no está garantizado a largo plazo» y planteó la gran oferta al Concello, «si quieren continuidad, el Celta se compromete a comprar el estadio de Balaídos. La obra no le costaría un céntimo a la ciudad, la pagaría el Celta. Que el compromiso sea de todos, señores, no de una sola persona», sentenció. «No asumo la responsabilidad de sacar esto adelante exclusivamente solo. Hemos presentado tres o cuatro proyectos para darle magnitud y solvencia económica al club y no se han aceptado», expresó. 

Para ello, Mouriño pone como aval su acciones en el Celta a través del Grupo Ges para que, en el caso de no se produzca el pago, el club pase a manos del Concello. El presidente ha propuesto dos opciones, «El Ayuntamiento para la obra y la hacemos nosotros y al final le pagamos su parte, o la termina y se la pagamos en diez años, pero me tienen que dar el comercial para que deje que cuando se pague la deuda deje un club con unos ingresos que me compensen el diferencial con el resto», planteó el presidente. Y continuó, «de esta manera, las zonas libres del estadio las podríamos explotar nosotros porque ya son del Celta. Con una particularidad: todo a nombre del Celta y todos los beneficios irían para el club». Carlos Mouriño fue muy claro a la hora de hablar de plazos, «no los hay, todo dependerá de lo que tarde la ciudad en decirme sí o no», pero también afirmó que no tiene todo el tiempo del mundo. «Necesito, a mi edad, tener un motivo suficiente para estar alejado de mi familia».

Lo que sí dejó claro es que su continuidad en el club depende de esta decisión, «si el proyecto me convence sigo en el club. Si me dan algo de lo que pido el club no se vende» y recalcó que actualmente «no tengo la ilusión que tuve. Quizá con un proyecto de ciudad la recupere. Sin motivación ya no puedo pelear por el Celta como hasta ahora».

Tras lanzar el órdago al Concello ha querido aclarar que considera al alcalde vigués, Abel Caballero, «un gran amigo, pero tiene responsabilidades que no sé si lo que le pide el Celta lo puede cumplir. No me meto». Lo que sí dejó claro es que hacía pública esta propuesta «por respeto a la afición». Recalcó que esta sería la única manera de darle viabilidad al club «a largo plazo» y también la única forma de «volver a recuperar la ilusión. Soy el único que mueve ficha y expone su capital. Si me quieren acompañar bien, si no, tan amigos», sentenció. 

También reconoció que con esta medida «estoy abriendo un debate tremendo. Me trae sin cuidado. Por el bien del Celta sigo haciendo propuestas. Busco la seguridad futura» y apuntó de manera muy explícita que «cada vez veo más fácil la salida, pero si me dan algo de lo que me piden, no vendo». 

«A los interesados les dijimos que nos hicieran una propuesta»

Sobre las especulaciones surgidas sobre posibles compradores, Carlos Mouriño confirmó que este mismo lunes recibieron una procedente de Catar, pero hizo hincapié en que «no han puesto el Celta en venta». «A los que preguntaron les dijimos que no entrábamos en negociación, que hicieran una propuesta y que si la veíamos aceptable empezaríamos a hablar de la parte económica y de proyecto. Si hubiera algún compromiso de mi parte de una venta, no podría hacer la oferta a la ciudad, sería imposible», admitió.

Sobre la visita de emisarios asiáticos hace unas semanas, el dirigente vigués confirmó que «tras el partido de Barcelona vinieron a comer a mi casa. Querían conocerme». «Hay que analizar el proyecto completo. No lo tenemos analizado con los chinos y mientras tanto no decidiremos. El cómo será para Vigo, para el Celta, cómo lo van a hacer, eso no se ha dado todavía», declaró, puntualizando que desde la entidad han enviado «documentación, nada más».

Preguntado sobre la ampliación de capital que tenía prevista y que había levantado críticas, el presidente del club vigués fue claro. «Tengo el control, ¿para qué quiero más capital?. Sin embargo, omitió aclarar el paso del 52 % del accionariado que tenía al 65 % que confirmó que poseía actualmente y alegó «tengo el control, ¿para qué quiero más capital?. El Celta me tiene que devolver el dinero y para que esté más cómodo hago una ampliación, para que yo no cobrara y le quedase ese dinero en caja y darle más solidez económica».

«No tengo ya motivación para pelear por el Celta. Conmigo va el meterme en problemas como hacer la Ciudad Deportiva y pensar de dónde sacábamos el dinero, conmigo va la parte empresarial, que fue la que le dio éxito. No es mi objetivo sentarme a esperar un resultado cada semana. El único que corre riesgos aquí soy yo», sentenció Mouriño.