Desafío a campo abierto al campeón

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

La referencia ofensiva celeste

El Celta quiere discutirle el balón al Barcelona y demostrar verticalidad para confirmar su progresión

02 oct 2016 . Actualizado a las 16:27 h.

El Celta acaba el maratón de principio de curso con una etapa reina. El séptimo partido en 28 días será ante un Barcelona que sobrevive a la ausencia de Messi con tres triunfos y un empate y que está demostrando el importante salto que ha dado en cuanto a plantel. Para los vigueses es la oportunidad de encadenar cuatro éxitos consecutivos, algo que consiguió por última vez cuando Luis Enrique era entrenador local y de certificar que el tercer proyecto del Toto va hacia arriba, con menos imaginación pero con más pegada.

Los Celta-Barça se han convertido en los últimos años en sinónimo de partido atractivo y de buen fútbol. Desde que Eduardo Berizzo decidió tutear a todos sus rivales discutiéndoles el balón y buscándoles en campo contrario. El año pasado los culés vivieron en Balaídos la humillación del curso, pero pocos meses después se tomaron la revancha con una goleada y un par de afrentas (la lambreta de Neymar y el penalti indirecto) que todavía permanecen en la mente del celtismo.

En esta ocasión el Barça se encontrará a un Celta un punto más pragmático. Sin tanta elaboración, pero con más gol. Este singular apunte, sin embargo, nada tiene que ver con la idea de juego, que sigue siendo la misma: presión alta, intensidad y buen manejo del balón, discutiéndole el esférico a cualquier rival, Barça incluido. Por ahí irá la hoja de ruta de esta noche, pero con la premisa de errar lo menos posible en el pase, de finalizar las jugadas y de darle profundidad al juego, la única manera de hacerle daño a una defensa como la azulgrana.

Para ejecutar el plan, Berizzo podrá contar con gran parte de su primera unidad en perfectas facultades. Todo indica que los cuatro descartes del jueves tendrán un sitio en el once titular: Sergi Gómez en el centro de la defensa, Roncaglia quizás en la banda izquierda para darle un respiro a Jonny, Radoja en la sala de máquinas y Bongonda en la izquierda del ataque. Además, Pione Sisto, Aspas y Wass solo participaron en la recta final del encuentro y aunque fueron decisivos para el triunfo ante Panathinaikós su desgaste en absoluto fue brutal.

Con estas siete piezas en condiciones y dando por descontando que Sergio Álvarez continuará bajo palos, tendrán que repetir tres jugadores de campo. Uno de ellos será el capitán Hugo Mallo, que descansó en Cornellá, y los otros dos podrían ser los pluriempleados Cabral y Tucu Hernández, vitales para el juego aéreo y pilares de la columna vertebral del equipo.

En el Barcelona, que jugó un día antes, todo apunta que habrá rotaciones. Sin el lesionado Messi, Luis Enrique apostará por Rafinha como titular en su vuelta a Vigo para medirse al club que le cobijó durante un año determinante para su explosión en el fútbol profesional.

En el trivote del centro del campo (se descarta para hoy el 4-4-2 de la Champions) Arda y Rakitic deben ser los escuderos de Busquets. De la batalla del centro del campo dependerá en gran medida el partido. La defensa, en teoría, será la misma de la semana pasada en Gijón.

Los azulgranas, igual que el Celta, también han ganado un punto de pragmatismo, pero su juego sigue pasando por el juego combinativo, la posesión y la pegada con Luis Suárez como máximo ejecutor. Una amenaza para el crecimiento vigués.