Más fútbol que premio en Barreiro

GRADA DE RÍO

El Celta B fue muy superior durante una hora al Santander pero no cerró el partido

28 ago 2016 . Actualizado a las 23:20 h.

Intensidad, juego al primer toque, velocidad y mucha calidad. Esta fue la carta de presentación del Celta B en su estreno en Barreiro pese a medirse al coco Santander. Una pócima que debió darle la victoria al equipo de Alejandro Menéndez, que durante una hora fue muy superior al rival. Sin embargo el empate en un lance aislado desactivó al filial, que no fue capaz de recuperar su veta futbolística ni con uno más en la recta final de la contienda.

Los cántabros salieron bien, encerrando al Celta B ,y crearon un par de ocasiones en los albores de la contienda, pero con paciencia y a base de tocar el balón, los vigueses enseguida se hicieron con el mando del partido y comenzaron a desarbolar a los santanderinos, con Juan ejerciendo de puñal en la banda izquierda, con Hicham y Kevin apoderándose del costado derecho y sobre todo con una costura interior sólida formada por Ledes, Brais y Borja Iglesias. Fue el compostelano el que convirtió en gol el dominio vigués con un balón colgado desde la derecha que el ariete llevó a la red con un golpeo certero con la pierna derecha y en dura pugna con Granero, que reclamaba falta.

A favor de obra Juan y Brais, con disparos desde la frontal, tuvieron el segundo en sus botas ante un rival sin reacción y que a la media hora ya había consumido el primer cambio.

El Celta B pudo sentenciar la contienda nada más volver del vestuario pero ni Juan tras un jugadón de Brais ni Alende en una contra clara fueron capaces de marcar el segundo con todo a favor. Y ante un grande el que perdona la paga y de la nada Aquino sacó un tiro cruzado que acabó en el fondo de la red de Néstor.

Poco después llegó la expulsión por roja directa de Óscar Fernández por agresión a Alende y con uno menos el Santander decidió tirar de veteranía y dormir el partido ante un filial que monopolizaba el balón pero ya no llegaba con claridad. Se volvió espeso y previsible y tan solo el empuje y los centímetros de Borja Iglesias hacían albergar alguna esperanza.

Sin embargo la ocasión más clara fue para los de Viadero en un remate de Aquino que sacó Néstor Díaz a córner. Poco después, en la última jugada, Brais lanzó una falta que no cogió la escuadra por centímetros pero las tablas estaban cantadas.