El Celta pierde el control ante el Espanyol y desperdicia un gran gol de Aspas

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

GRADA DE RÍO

El equipo vigués sigue sin encontrar la victoria en Cornellà-El Prat, incapaz de generar ocasiones tras el empate de Marco Asensio antes del descanso

20 abr 2016 . Actualizado a las 01:32 h.

Europa deberá esperar. El Celta encaminó su primera victoria en campo del Espanyol en sus últimas 8 victorias con un gran gol de Iago Aspas y la sensación de que un poco de finura le permitiría acabar de desarbolar a su rival. Pero la mayor necesidad del Espanyol aumentó el tensiómetro del choque y el Celta perdió el control tras el 0-1, vio cómo Marco Asensio igualaba antes del descanso y después fue incapaz de generar peligro en la portería de Pau López. Se vacío el grupo de Berizzo buscando la victoria pero fue más una amalgama de buenas intenciones que una plasmación en peligro ante la portería rival, resultando un empate que mantiene la maldición en campo perico de los celestes y el retraso de la confirmación del éxito rotundo de la temporada.

Berizzo temía la visita a Corenllà-El Prat más que por la entidad del rival, por su necesidad. De ahí que a pesar de la duda del estado físico de Orellana, el Toto apostase por el Poeta pero además reforzara el centro del campo. Radoja acompañó al Chelo Díaz y al Tucu, que se situó en un remedo de media punta por delante de los mediocentros, con Orellana echado a un costado. Tardó en enchufarse el Celta pero el Espanyol le concedió un panorama envidable: espacios para correr, superar con facilidad la trinchera del centro del campo y metros para que volasen Nolito, Aspas y Orellana, y el Tucu llegase de segunda línea. 

Claro que el escenario ideal para que el Celta maximizase sus recursos ofensivos estuvo cerca de emborronarse a los 6 minutos, cuando una cesión comprometida para el Chelo Díaz obligó al chileno a recibir de espaldas casi en su frontal. Abraham le robó la cartera al sudamericano pero se le hizo de noche ante Sergio Álvarez. A partir de ahí y durante casi media hora, el Celta se hizo con el control del partido. Adelantó sus líneas, abusó del centro del campo del Espanyol con el empuje de Radoja y Díaz, cabalgó a lomos de un Tucu que hizo un despliegue físico exagerado incluso para un poderoso podenco como el chileno, y acabó por adelantarse por más que echase de menos un último pase más decisivo y algún tiro de media distancia.

Pero la gravedad del partido empujaba al Celta hacia la portería de Pau López y ahí apareció el talento vigués. Una rápida transición, otra de tantas, encontró al fin a Orellana con la lámpara encencida. El centro del chileno iba un poco por encima de la media altura y Aspas decidió atacarlo como si fuera un taekuondista. Elevó la pierna más allá de lo esperado y embocó el envío de Orellana en un gol tan plástico como merecido. El Celta se ponía por delante, transmitía buenas sensaciones ante un rival que le ofrecía un tesoro en forma de espacios y que además debió quedarse con 10 por el excesivo entusiasmo de Víctor Sánchez. Y ahí, de manera un tanto sorprendente, el Espanyol reaccionó, empató el partido y amenazó con remontarlo en los minutos siguientes.

No había dado noticias el conjunto de Galca en ataque desde la imprudencia del Chelo Díaz. No aparecía Marco Asensio y Gerard Moreno estaba desatendido en punta. Sólo la velocidad de Hernán Pérez alteraba el pulso de un Espanyol necesitado de puntos pero anémico de fútbol. Pero algo hizo clic. Adelantó líneas el equipo perico, imprimió mayor intensidad en cada duelo, percutió por Hernán Pérez, que fue un tormento para Planas, y empezó a encontrar a Gerard Moreno y Asensio entre líneas. Diop chutó flojo tras una gran jugada individual de Hernán Pérez, que poco después desperdició un remate franco ante Sergio tras una gran maniobra de Gerard de espaldas, desmontando en un giro el ensamblaje defensivo del Celta. En apenas tres minutos, la tercera ocasión del Espanyol paría el 1-1: una nueva llegada desde la derecha fue aplazada por un flojo despeje de Sergi Gómez; la pelota acabó en las botas de Asensio, que soltó un precioso zurdazo al clavo de la portería de Sergio.

Quique García | Efe

El empate sorprendía a un Celta que parecía tener el partido en el bolsillo y permitió al Espanyol una reacción fulgurante. No recobró el tono el equipo de Berizzo hasta que Nolito cabeceó alto un centro de Orellana a los 10 minutos de la reanudación. Antes, el equipo barcelonés desperdició una clara llegada tras un desajusta de Jonny, que dio cancha a Rubén Duarte. El lateral no acabó de creerse el verse tan solo en área rival y envió un melón a Gerard Moreno, incapaz de embocar en boca de gol el pelotazo. Fueron las últimas ocasiones del partido, porque la última media hora final fue un derroche de esfuerzo tan generoso como impreciso.

El choque pasó a disputarse en 60 metros, los que quedan si quitas las áreas al campo, con Espanyol y Celta luchando a cuchillo, pero sin último pase ni capacidad de remate. Entró Guidetti por Aspas para buscar otro perfil en el ataque celeste, sin éxito alguno. El equipo de Berizzo se estrelló en el balcón del área rival, incapaz de encontrar un remate ni un centro. El Espanyol, al borde de la extenuación, se mantuvo firme ante las acometidas del Celta, que no remató a Pau en la última media hora. El pasaporte europeo tendrá que esperar una semana más.

Ficha técnica

1 - Espanyol: Pau López; Javi López, Álvaro, Óscar Duarte (Roco, min.70), Rubén Duarte; Diop; Hernán Pérez, Víctor Sánchez, Abraham (Caicedo, min.65), Marco Asensio y Gerard Moreno (Burgui, min.79).

1 - Celta: Sergio; Jonny, Cabral, Sergi Gómez, Planas; Rajoda, Marcelo Díaz; Orellana (Bongonda, min.89), Pablo Hernández, Nolito y Aspas (Guidetti, min.70).

Goles: 0-1, min.28: Iago Aspas. 1-1, min.39: Marco Asensio.

Árbitro: Prieto Iglesias (comité navarro). Amonestó a Víctor Sánchez (min.9) y Pablo Hernández (min.89).