El Celta empata con honor y queda eliminado de la Copa del Rey

Fabián Bouzas

GRADA DE RÍO

El Celta empató ante el Sevilla 2-2 en un partido vibrante donde los celestes ofrecieron un recital de esfuerzo y orgullo pese a caer eliminados de la Copa del Rey

12 feb 2016 . Actualizado a las 12:19 h.

Se intentó hasta la extenuación pero el Celta cayó de pie. Los de Berizzo empataron a dos goles con el Sevilla tras un partido vibrante y repleto de emoción en el que los celestes entregaron hasta la última gota de sudor por intentar la remontada. Dos goles de Iago Aspas dieron emoción a la eliminatoria, pero Banega y Konoplyanka aniquilaron la eliminatoria.

Era un partido grande, pese  a los cuatro goles en contra, pese a la dificultad de la hazaña, pese a la superioridad económica y social del rival. Todos los elementos en contra no mermaron el ánimo del celtismo, que desde horas antes del partido se echó a la calle para recibir a los suyos en una demostración de grandeza, ánimo y apoyo a su equipo y de paso exigir amor propio y orgullo a los jugadores.

Eso hizo el equipo de Berizzo desde el primer minuto, vaciarse e intentarlo  desde la primera jugada de partido. Salió no obstante el Sevilla muy bien plantado. El Celta, obligado por las urgencias, salió a buscar la meta de Sergio Rico pero se encontró con el sólido armazón que había ideado Emery.

Con la novedad de Wass por la banda derecha y Marcelo Díaz debutando como titular en el centro del campo. Fue el danés el principal foco de peligro celeste en los primeros minutos. Profundo e incisivo por las bandas, sus centros siempre acababan siendo despejados por los rivales. Pese al mayor dominio del Celta, la primera ocasión la tuvo Krohn Dehli que rozó el tanto sevillista con un disparo dentro del área que se marchó al lateral de la red.

Balaídos apretaba a la vez que se enervaba por las constantes faltas del Sevilla, la ausencia de cartulinas y las constantes pérdidas de tiempo del equipo de Emery, un especialista en el dominio del otro fútbol, el que se basa en hacer que no ocurra nada en el partido y los minutos pasen a ritmo vertiginoso.

 El Celta mantuvo la línea defensiva muy adelantada y la presión a todo el campo, pero no era capaz de encontrar vías de penetración. Cuando lo hizo, Guidetti incurría hasta en dos ocasiones en fuera de juego en dos mano a mano ante Sergio Rico.

El gol de la esperanza

Pasaban los minutos y rondando la media hora de juego un disparo cruzado de Iago Aspas lo atrapó Sergio Rico en dos tiempos en la que era la mejor ocasión del partido para el Celta.  A diez minutos del descanso, una combinación excepcional entre Iago Aspas y Orellana acababa con un centro raso excelso del chileno que aprovechaba el de Moaña para batir a Sergio Rico en el área pequeña. La primera piedra estaba puesta, Balaídos estallaba.

CESAR MANSO | Afp

Los de Berizzo intentaron aprovechar el empuje marcando un gol más antes del descanso, pero fue el Sevilla el que se acercó más al tanto en los últimos minutos. Primero con un remate alto de Rami y posteriormente con un cabezazo de Carriço, que aprovechó la mala salida de Rubén Blanco y envió el remate al palo derecho.

La locura de la segunda parte

Y llegó la locura de la segunda parte. Un vaivén constante de ocasiones para los dos equipos, goles, llegadas, penaltis. Todo ello bajo un intenso diluvio que contribuyó a intensificar la hazaña que buscaban los de Berizzo.

El Celta se tiró a tumba abierta hacia la portería de Rico y durante quince minutos hizo temer al Sevilla por el resultado de la eliminatoria. Una gran falta de Marcelo Díaz que peinaba Wass y se le escapaba a Rico y un centro de Orellana que el propio Rico no despejaba y Aspas remataba fueron solo el preludio.

A los diez minutos de la reanudación un centro de Wass no lo despejó bien Sergio Rico y Aspas muy oportunista en el área pequeña empujaba el balón a la red. Era el 2-0 con treinta y cinco minutos por delante y Balaídos empezaba a creer en el milagro.

Un milagro que Banega enterró apenas un minuto después. Sin tiempo para asentar el 2-0, una pérdida en campo propio lo castigó Éver Banega quien tras recortar a Sergi Gómez asestó al Celta el 2-1 en forma de puñalada. El gol ahogaba las opciones de clasificación, pero eso no impidió que los jugadores honrasen al público y la propia camiseta con una demostración de tesón, apurando cualquier mínima opción.

Guidetti provocó un claro penalti que bien pudo haber sido expulsión del guardameta Sergio Rico, pero se quedó en amarilla. El sueco erró la pena máxima, mandándola al palo y esfumando cualquier mínimo atisbo de remontada. Y ni aun así tiró la toalla el Celta.

La entrega innegociable

En un campo impracticable tras el diluvio y la eliminación consumada, los de Berizzo siguieron generando ocasiones de gol. Orellana con un fenomenal disparo que se fue rozando el palo y el propio jugado chileno con una gran maniobra que se encontró con la estirada de Sergio pudieron aumentar la cuenta. También el Tucu gozó de una gran oportunidad tras una buena llegada al área que finalizó con un disparo con la zurda rozando el palo.

Salvador Sas | Efe

Tras un enorme desgaste físico y ya en los minutos finales, Balaídos quiso dar las gracias a sus ídolos en forma de cánticos y ánimo por el encomiable esfuerzo de sus futbolistas. El gol de Konoplyanka que suponía el empate a dos fue solo una anécdota, el celtismo tenía otra cosas que celebrar, más importantes si cabe que la mera eliminación de copa. El Sevilla jugará la gran final pero el celtismo se lleva esta noche un enorme ejemplo de orgullo, honor y amor propio a la camiseta. Orgullo por los jugadores y técnico y también por la entrega de una afición que contagió a los suyos a intentar un maravilloso sueño.

Celta de Vigo: Rubén; Wass (Jonny, m. 69), Hugo Mallo, Sergi Gómez, Planas; Chelo Díaz (Radoja, m. 70), Tucu Hernández, Orellana; Iago Aspas, Guidetti (Señé, m. 73) y Bongonda.

Sevilla: Sergio Rico; Coke, Rami, Kolo, Escudero; Carriço (Cristóforo, m. 66), Iborra (N'Zonzi, m. 59); Vitolo, Banega (Konoplyanka, m. 73), Krohn Dehli y; Gameiro.

Arbitro: Martínez Munuera (Colegio valenciano). Amonestó con tarjeta amarilla a Planas, Banega, Rico, Gameiro, N'Zonzi y Tucu Hernández.

Goles: 1-0, m. 35: Aspas; 2-0, m. 55: Aspas; 2-1, m. 56: Banega; 2-2, m. 88: Konoplyanka.

Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de Copa del Rey, disputado bajo una gran llovizna en Balaídos.