Señé aprovecha su oportunidad en un once rejuvenecido y recolocado

Lorena García Calvo
lorena g.c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Salvador Sas | Efe

Tuvo que afrontar la exigencia deser lateral y aunque su físico le ayudó a la hora de subir la banda, las tareas defensivas le costaron algo más

18 dic 2015 . Actualizado a las 12:31 h.

Berizzo impregnó su once ante el Almería de altas dosis de creatividad. No por los nombres, que podían encajar en el guion previsto, sino por su ubicación. Por obra y gracia del técnico argentino el mediocentro Pape se convirtió en lateral derecho, Wass jugó a ser Augusto Fernández, Madinda alternó la banda derecha y el puesto de enganche con Señé, y Drazic se encargó de la banda zurda mientras Alende repetía como central al lado de su héroe, Gustavo Cabral.

En el caso de Wass, el Toto parece querer adelantarse a lo que pueda pasar con Augusto, y le confió la zona del pivote formando pareja con Hernández. El danés cumplió, como es habitual, pero desde el principio se comprobó que su gusto por sumarse al ataque va en su ADN. Lo mismo sacaba el balón echando una mano a los centrales que se camuflaba como mediapunta o subía la banda izquierda. Eso sí, la ausencia de Nolito le dejó vía libre para ser el amo del balón parado. Y ahí, con la anuencia del potero almeriense, demostró su calidad.

Pape vivió su primera titularidad con Berizzo con un doble reto. Además de afrontar la exigencia propia del primer equipo, tuvo que asimilar la de ser un lateral derecho. Su físico le ayudó a la hora de subir la banda, pero las tareas defensivas le costaron un poco más. Pasar de jugador creativo a defensivo en una semana no es fácil.

Más cómodo se vio a Levy Madinda. Comenzó arrimado a la banda derecha, pero poco a poco se fue internando, mejorando su rendimiento con cada paso hacia el interior que daba. Se le vio activo, intenso y luchador a pesar de que sus piernas no están acostumbradas a jugar partidos. En la segunda, al igual que el partido, se vio al gabonés más acomodado, contagiado del ritmo al tran tran de una eliminatoria sentenciada desde hace quince días.

Quizás el que más aprovechó la oportunidad copera fue Josep Señé, que sobre la pizarra ejercía como extremo derecho, aunque en la práctica emulaba a Madinda con su presencia constante en el centro del campo. Jugó con intensidad, presionando, peleando y luchando por cada balón. Se mostró cómodo con el balón, sin precipitación y poniendo criterio al juego. Más metido en el partido que futbolistas como Guidetti, que sigue sin remar en la misma dirección que el resto del grupo, o Drazic, que presumió de velocidad pero reveló sus carencias a la hora de encarar al rival.

Para Diego Alende, tras lo vivido ante el Betis, el encuentro de ayer fue un paseo. Apostó siempre por la fórmula más sencilla, habilitando el balón a sus compañeros y evitando meterse en charcos. Con el transcurrir de los minutos transmitió más seguridad. La que le darán los partidos en la élite.