Dlamini no ha estado nunca en España ni conoce el idioma, de modo que recurre «a traductores para saber qué pasa en el club». Pero el fútbol y la afición por el Celta le han servido también para acercarse a Galicia -«me gustan su música y su cultura»- y para divulgarlas en su país siempre de la mano de la pasión celeste.