«No dudaba de que tenía capacidad para sacar al Celta adelante»

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

CESAR QUIAN

Luis Bonini, que durante 21 años fue la mano derecha de Marcelo Bielsa, y que fue preparador físico y compañero de Berizzo en el cuerpo técnico en Chile, repasa la trayectoria del Toto en Vigo

27 feb 2015 . Actualizado a las 01:03 h.

El fútbol ha hecho que los caminos de Eduardo Berizzo y Luis Bonini, la mano derecha de Marcelo Bielsa durante más de dos décadas, se cruzasen en múltiples ocasiones. El hoy entrenador del Celta tuvo al Profe Bonini como preparador físico en la selección argentina y en el Atlas de México, y años más tarde, cuando daba sus primeros pasos fuera de la línea de cal, compartieron aventuras y desventuras como compañeros en el cuerpo técnico de la selección chilena que comandaba el «Loco». Esos años mano a mano hacen que Bonini, cuando repasa el fútbol español, «mire con un ojito más cariñoso al Celta por Eduardo, que ha sido compañero mío en una etapa muy importante».

El Profe siguió con interés el arranque apoteósico del Celta, y también la racha de diez jornadas sin ganar que encadenó el equipo. Cuando peor iban las cosas para los vigueses, asegura, nunca dudó de la capacidad de Berizzo para sacar adelante al equipo. «Eduardo tiene la capacidad de no volverse loco. No permite que el momento difícil por el que puede pasar su equipo condicione lo que él cree que puede desarrollar el grupo. Separa, tiene la capacidad y la tranquilidad para distanciar el momento del equipo de lo que él busca y pretende desarrollar», y eso, a ojos de Bonini, es un arma poderosa.

«Eduardo tiene una buena cualidad, que es la paciencia, es un tipo paciente, y en este mundo la paciencia y la continuidad son elementos muy importante del entrenamiento. Hay que entender que nosotros trabajamos con seres humanos, y no todos los días se despiertan de la misma manera», subraya el preparador físico.

Luis Bonini, que conoce de primera mano la Liga por su etapa como preparador físico del Athletic, cree que en los momentos difíciles «a uno lo único que le queda es confiar en la capacidad del que conduce, y yo no dudaba de que Eduardo tenía capacidad, tranquilidad y serenidad, para sacar el equipo adelante. Ahora bien, ganaron solo tres partidos, así que hay que seguir bogando», comenta.

El preparador físico reconoce al Toto el mérito de haber sacado al Celta del atolladero, pero también alaba que la dirección del club no se precipitase. «El fútbol tiene estas cosas mágicas, y lo digo con mucho respeto y desde el otro lado del océano. El Celta arrancó la temporada de una manera extraordinaria, ya parecía que éramos campeones, pero el Celta no es ni el Real Madrid ni el Barcelona. Es un equipo que ascendió y está en formación. En esa formación se dan momentos irregulares, así que yo celebro mucho que el Celta haya tenido paciencia con Eduardo porque realmente Eduardo le hace mucho bien al Celta».

Un equipo en formación

Bajo la lupa de Bonini, la conjunción Berizzo-Celta puede resultar muy beneficiosa a la vista de que «él es un técnico muy joven desde el punto de vista del poco tiempo que lleva dirigiendo, que le puede dar mucho al Celta porque tiene mucha capacidad para desarrollarse a él como entrenador y para desarrollar las capacidades que tienen los futbolistas. Si a eso se le suma que el Celta es un equipo en formación, eso conjuga mucho como para que el equipo siga evolucionando», concluye Bonini.

La perfecta conjunción entre el amor por Vigo y la profesionalidad

Fue en 1993, cuando Eduardo Berizzo firmó por el Atlas de México que dirigía Marcelo Bielsa -una constante en la historia futbolística del técnico del Celta-, cuando Bonini y el Toto coincidieron por primera vez. Desde entonces han compartido charlas y experiencias, y una de las cosas que al Profe le han quedado claras es que «a Eduardo le gusta Vigo, y esa es una buena condición. Hay veces que uno hace más las cosas por amor que por profesionalidad. Si uno puede conjugar lo que hace por amor con la profesionalidad, es un cóctel interesante», razona. Y en esas se encontraría el preparador celeste.

Entrenar a Berizzo permitió a Bonini detectar la madera de técnico que tenía. «Ya sus antecedentes como jugador hablan de una lectura del juego muy interesante. Era un jugador que se destacaba mucho más por su lectura del juego, sus apreciaciones tácticas durante el partido, que por sus cualidades técnicas y físicas, que eran buenas». Cuando Bielsa y Bonini se marcharon a Chile para asumir la dirección de La Roja, «tuvimos que armar un nuevo cuerpo técnico, y de común acuerdo nos interesó mucho contar con Eduardo. Sobre todo, porque ya había sido jugador de Bielsa durante mucho tiempo, y lo habíamos tenido fresco en la selección argentina». Fue en 2007 cuando asumieron el nuevo papel, y el Toto «rápidamente, porque tiene una capacidad de aprendizaje muy buena, se convirtió prácticamente en la mano derecha de Marcelo Bielsa desde el punto de vista técnico-táctico. Tenía una gran capacidad de corrección, tanto de los driles de entrenamiento, como del trabajo individual para mejorar la técnica de los jugadores».

Capacidad de liderazgo

En su análisis de Berizzo, Bonini recuerda que, con Chile, él era el encargado de trabajar la parte defensiva de la selección, además hacer el scouting de los jugadores seleccionables. En aquel entonces, asegura, ya se veía que pronto asumiría un rol de técnico. «Nosotros ya lo percibíamos. Él tiene mucha capacidad de liderazgo. Es un tipo que conoce muy bien el oficio de lo que es ser jugador de fútbol, pero a parte de eso, agrega una lectura táctica, del juego muy buena, muy apropiada. Eso nos hacía darnos cuenta de que a corto plazo -como después pasó- se iba a transformar en entrenador».