El Celta se reencuentra con la victoria ante el Córdoba con un gol de Nolito

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

GRADA DE RÍO

Salvador Sas | Efe

El equipo celeste volvió a fallar numerosas ocasiones pero gana once jornadas después y Berizzo salva su puesto

01 feb 2015 . Actualizado a las 16:33 h.

Noventa y dos días penó el Celta por el desierto hasta que encontró la victoria en Liga. El primer triunfo en once jornadas salvó el puesto de Berizzo y alivió la situación del equipo vigués en la tabla, después de que el golazo de Nolito en el segundo tiempo acabase con el gafe. No estuvo la cosa exenta de sufrimiento, sobre todo con el tremendo guirigay del no-penalti de planas sobre Rossi, que primero fue falta en ataque, luego penalti y acabó como falta del Córdoba. Ahí se salvó el Celta de otro patinazo después de ue volver a dilapidar ocasiones de sobra para un triunfo cómodo como los que merecía en su mejor momento del año.

El olor a chamusquina que rodeaba a Berizzo en la previa dejó paso a las bengalas y los ánimos de la afición en la previa del inesperadamente decisivo choque ante el Granada. El celtismo obvio que sobre el Toto pendía un ultimátum y apretó desde la llegada del bus del equipo. Los jugadores respondieron con una exhibición más propia del Celta pre-depresión. Volvió el fulgor de un equipo descaradamente ofensivo, que cuando está engranado somete al rival a un agobio importante, a base de llegadas y tiros a puerta, descosido el enemigo por los costados. Remató un sinfín de veces el Celta a un Juan Carlos que sudó la camiseta de portero del Córdoba como pocas veces. El gol se resistió a los chicos de Berizzo, ante un rival rebasado por las circunstancias pero al que el resultado sonreía por momentos.

El Toto movió piezas en el equipo: el vigor de Santi Mina (premiado con sus buenas actuaciones en los pocos minutos que tuvo durante el año) y el parche obligado de Sergi Gómez fueron las novedades en el once. Juntó más hombres de ataque que nunca, sin Radoja como ancla. Expuesto defensivamente en la banda derecha, casi lo aprovecha el Córdoba cuando Ghilas testó las cualidades de Sergi Gómez en el lateral. El centro del argelino lo tocó de espuela Deivid y Sergio evitó comenzar a los 2 minutos con un disgusto. Desde ahí, el Celta recitó un monólogo de fútbol y ocasiones. Santi Mina acarició el palo tras un gran pase cruzado de Nolito. Juan Carlos salvó un disparo del canterano, Fontás y Krohn Dehli rozaron el gol. Todo apenas en 4 minutos. El partido tenía una sola dirección porque todas las intenciones que traía Djokic (que llegaba a Balaídos sin haber ganado nunca al Celta como entrenador) fueron borradas de un plumazo por la intensidad de un Celta que jugaba como quien tiene una misión. Dos posibles penaltis (uno sobre Larrivey y, sobre todo, otro de Gunino sobre Nolito) encendieron a la grada, y cuando Larrivey erró dos claras chances ante Juan Carlos la grada aplaudía y al mismo tiempo se preguntaba qué más tendría que hacer su equipo para volver a ganar un partido. El premio lo encontró cuando el partido amenazaba un peligroso viraje.

xoan carlos gil

El Celta salió tras el descanso con mayor pausa, a medio camino entre los primeros síntomas de agotamiento mental y la necesaria pausa para no obcecarse cuando la presión del bagaje reciente apremiara. Abel entró para reforzar el centro del campo del Córdoba, que pareció asentarse en su campo. Apenas una combinación entre Nolito y Orellana, con flojo chut del chileno, rompió a los 10 minutos la monotonía. Entonces llegó la chispa que rompió el partido. Santi Mina arrancó desde la derecha, Orellana abrió las piernas en el pase y habilitó a Nolito, que sin pensárselo y de primeras golpeó con una rosca teledirigida a la red.

Explotó Balaídos en la mezcla de alivio y felicidad, un gol que llevó alegría como a quien reza para que llueva. Berizzo tiró de la manta para atrás: entraron Radoja y Álex López por sendos delanteros. El Córdoba fue dando tímidos pasos hacia adelante y su ocasión llegó a balón parado. una jugada de estrategia que buscño a Ghilas al segundo palo la remató mordida Florin. Sergio fue más gato que nunca y casi a cuatro patas evitó el empate. Luego vino la locura: Planas llegaba tarde sobre Rossi y le derribaba justo antes de la línea del área. El juez de línea dio falta del delantero cordobesista, el árbitro dio penalti en contra del Celta, y luego rectificó. Por el camino Berizzo se fue a la calle pero el Celta salió indemnse de una jugada que paró en seco el ritmo del partido, que pudo sentenciar Larrtivey en el 95. Después del susto, llegó la fiesta de la primera victoria en once partidos de Liga.

1. Celta: Sergio Álvarez; Sergi Gómez, Cabral, Fontás, Planas; Santi Mina (Alex López, min. 67), Krohn-Dehli, Augusto (Pablo Hernández, min. 90); Nolito, Orellana (Radoja, min. 78) y Larrivey.

0. Córdoba: Juan Carlos; Gunino, Pantic, Crespo, Edimar; Rossi, Deivid (Borja, min. 77); Bebé, Heldon (Abel, min. 46), Ghilas; y Florin.

Gol: 1-0. Nolito (min. 55).

Árbitro: José Antonio Teixeira Vitienes (colegio cántabro). Expulsó al técnico local, Eduardo Berizzo. Amonestó a los jugadores locales Orellana y Santi Mina y a los visitantes Heldon, Bebé y Abel.