El exjugador del Celta se despide negando que tuviera problemas con Luis Enrique
01 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Andrés Túñez se despidió después de doce años en el Celta. Lo hizo negando que tirara la toalla a la hora de luchar por un puesto cuando Luis Enrique le comunicó el pasado verano que no contaba con él. El central compostelano sostiene que Tailandia es una gran oportunidad y que durante su etapa en Israel tuvo tiempo de reflexionar. En su adiós aseguró que había cumplido todos sus sueños con el Celta: el ascenso a Primera y la permanencia del curso pasado.
«Me fui un año cedido a Israel y he pensado mucho allí. Pienso en mi felicidad, en un futuro mío y Tailandia es una gran oportunidad. No me voy triste, sino con la cabeza alta de lo que hice aquí», comentó antes de recordar sus logros vestido de celeste: «He cumplido todos mis sueños gracias a este club, el ascenso y la permanencia fueron los dos grandes hitos de mi vida. Tuve la suerte de estar en el equipo del ascenso y de jugar 30 partidos en Primera con el Celta».
El futbolista negó que tuviera algún problema con Luis Enrique. Por contra, le agradeció que fuera franco con él: «Es un tema deportivo, mucha gente ha comentado que tuve problemas con Luis Enrique, pero en ningún momento, no hay nada más. Es un gran entrenador, conmigo siempre fue claro y yo se lo agradezco».
Túñez descarta también que su caso pueda ser equiparable al de Fabián Orellana, que en el mismo el mes de agosto fue invitado a salir, se quedó y medio año después es titular indiscutible. «Fabián es un pedazo de jugador, un jugador de nivel mundial. Orellana se quedó porque quiso, le salió bien y ahora está demostrando que es de los mejores del Celta».
La apuesta del Burinam
De cara al futuro, y aunque la Premier de Tailandia sea una liga menor, el que fuera canterano celeste se lo toma como un reto: «El Burinam ha apostado fuerte por mí, estoy agradecido, quiero vivir la experiencia y voy a disfrutar. Sé que es una Liga de un nivel menor, pero ha sido decisión mía aceptarla». Del mismo modo calificó de positiva su experiencia en el Beitar de Israel, aunque al final no llegó a finalizar la temporada con el equipo de Jerusalén.
Antes de su última comparecencia tuvo la oportunidad de pisar por última vez el que ha sido su vestuario en A Madroa. Admitió que había sentido pena «porque dejo grandes amigos, me han recibido con un cariño especial, incluidos los que llevan poco tiempo».
En su adiós estuvo especialmente cariñoso con la afición del Celta «que me ha apoyado en todo momento», apuntando que como todos los celestes «mi único propósito es que el equipo siga en Primera». Al mismo tiempo no cierra las puertas a volver algún día: «Ojalá que algún día tenga la suerte de poder disfrutar de nuevo de este club».
Por el momento está de vacaciones y el 1 de junio emprenderá viaje a Tailandia para enrolarse en el Burinam United, con el que ha firmado tres años.