El Celta no se da por muerto pese a la crítica situación

X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Los vigueses no eran colistas de Primera desde 1990

17 abr 2013 . Actualizado a las 14:50 h.

Hay que viajar en el tiempo 23 años atrás para ver al Celta cerrando la clasificación de Primera División. Fue en el curso 89/90 que terminó en descenso y al filo de la conclusión de la primera vuelta.

Ahora se repite la historia. Desde que comenzó la segunda vuelta el Celta únicamente ha sumado seis puntos (un triunfo ante el Granada y empates con Málaga, Real Sociedad y Barcelona). Todo lo demás, hasta ocho, son derrotas. En total seis puntos de 36 posibles. Semejante estadística y pese a la torpeza de los rivales, han llevado a los vigueses a ocupar la última plaza en la jornada 31.

Aún así, y pese a todo, la plantilla del Celta se niega a arrojar la toalla. Borja Oubiña, el capitán, envió el mensaje más diáfano: «Hay mucha gente que piensa que estamos muertos y no es así, aquí hay todavía mucho que pelear», advierte. No quiere ver más allá del partido con el Zaragoza: «Hay muchos casos dentro del fútbol en donde situaciones difíciles se sacan adelante. Hay que levantarse, hay que querer, hay que seguir hasta el final, aquí no se puede rendir nadie».

Bermejo tampoco tira la toalla, aunque admite que están tocados tras el varapalo de Mallorca: «No nos vamos a permitir bajar los brazos. Estamos en un momento doloroso y difícil, te dan ganas de meterte en casa y no salir, pero iremos a A Madroa a entrenar como cabrones para revertir una situación que pese a ser difícil no es límite, está en nuestras manos, estamos a cuatro puntos y quedan siete partidos».

Los pesos pesados del vestuario se amparan en la sobriedad recuperada en Mallorca con un único lunar. Por primera vez en mucho tiempo el Celta, con sus defectos, volvió a ser un equipo competitivo: «La sensación en el campo era de seguridad, algo que habíamos perdido hace mucho tiempo. El equipo volvió a sentirse seguro dentro del partido, controlando la situación», apuntó Oubiña.

Una seguridad que también palpó la línea de zagueros, tan masacrada en las últimas fechas. «Fue una pena porque habíamos recobrado algunas sensaciones de equipo, de volver a juntar lineas, al final el futbol son detalles y nosotros no tuvimos suerte en el último momento», manifestó Vila. «Nos sale un buen partido, todo el mundo estuvo concienciado y dando el máximo, el planteamiento fue genial y te lo quitan en el últimos suspiro y sin margen de reacción», indicó Roberto Lago. La misma visión desde arriba tenía Bermejo: «El equipo estuvo bien plantado, sólido y serio».

Sin fisuras

Como primer paso, los capitanes aseguran que no existe ninguna figura en el seno de la plantilla. «Lo hemos hablado, la gente quiere ayudar, quiere salvarse, quiere estar ahí hasta el final, y es lo que nos queda», anuncia sin pestañear Oubiña. Jonathan Vila lo certifica: «¿Unión? Siempre la hubo y siempre la habrá, y más en estos momentos, es el momento de estar juntos». Toca rentabilizarlo en el campo.

«Hay mucha gente que nos da por descendidos pero todavía queda mucho que pelear»

Los célticos solo han sumado seis de 36 puntos posibles en lo que va de segunda vuelta