Un error postrero acaba con el rearme defensivo vigués

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

El técnico celeste presentó cinco cambios y retrasó la línea de zagueros

16 abr 2013 . Actualizado a las 12:18 h.

Un gol en el último minuto del descuento por error clamoroso en la zaga hunde a un Celta que, precisamente, se había caracterizado por una seriedad defensiva que mejoraba lo visto en anteriores encuentros. Un trabajo que se tornó en inútil cuando Giovani batió a Varas cumplido el tiempo reglamentario.

Había avisado Abel Resino de que haría grandes cambios y empezó por el once. Hasta cinco futbolistas nuevos introdujo ayer en el equipo titular con respecto al partido ante el Rayo del pasado domingo: Mario Bermejo, Krohn-Delhi, Natxo Insa, Jonathan Vila y Túñez salieron de inicio. La baja de Demidov y la decisión de dejar fuera a Cabral propiciaron que el de O Porriño y el internacional venezolano formaran la pareja de centrales celeste por primera vez desde el 4 de abril de 2012.

La defensa, completada por Jonny y Lago, volvía a estar íntegramente compuesta por canteranos y, atendiendo al clamor del celtismo, se retrasó -sobre todo en la primera mitad- y ganó en consistencia, aunque hizo falta la intervención de Varas para atajar varias de las ocasiones rivales, especialmente a balón parado.

De igual modo llegaron un par de ocasiones tras la reanudación para un Celta que pareció espabilar tras el nerviosismo inicial. Pero el tanto a balón parado sigue sin llegar. Tampoco lo hizo en una ocasión clara en el primer tiempo, a pase de Augusto, que Álex desaprovechó. Krohn-Delhi brilló por su ausencia, mientras que un Bermejo luchador fue el objeto constante de las faltas, incluido un penalti que el colegiado obvia pese a ser testigo directo.

Pero el despertar celeste en la segunda mitad duró exactamente el mismo tiempo que tardaron en empezar a hacerse notar los cambios de Abel Resino. Orellana y Pranjic no solo no consiguieron dar aire al equipo, sino que este se resintió. Park, el último en saltar al terreno de juego, no pasó de la presencia testimonial habitual.

Cuando un empate que no valía a ninguno parecía el resultado definitivo, el Celta sumó su 17ª jornada encajando y dio vida a un Mallorca que lo relega al último puesto de la clasificación.