La presión de Abel choca con el perfil de los jugadores del Celta

Xosé Ramón Castro
X. R. Castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Los dos primeros partidos levantan dudas sobre el giro táctico del equipo

07 mar 2013 . Actualizado a las 16:46 h.

¿Tiene el Celta el plantel idóneo para poner en práctica la presión de Abel Resino? Esa es la gran incógnita después de dos partidos del toledano en el banquillo celeste. En ninguno de los dos encuentros el equipo aprobó el test táctico. Frente al Granada se descosió a los 10 minutos y en Sevilla encajó la goleada de la temporada. En parte, por los balones al espacio de los hispalenses, un arte que practica mejor que nadie el Real Madrid, el próximo rival vigués.

«Llevamos tres años defendiendo y presionando de otra manera, igual no tenemos los futbolistas adecuados para ello, pero eso no vale. Lo que más influye es la cabeza y tenemos que mentalizarnos de lo que más tenemos que hacer. Si físicamente estás bien, tienes que estar capacitado para hacer esa presión», comentó Álex López.

Desde la llegada de Herrera el Celta apostó por la posesión frente a la presión. Así se construyó un equipo que ascendió al segundo intento. Con los mismos jugadores se apostó por idéntico modelo para luchar la salvación. Pero el cuadro vigués pecó de blando en las dos áreas.

Por eso Abel Resino llegó con la idea de la presión entre ceja y ceja. Adelantó la línea defensiva, juntó al equipo y reclamó intensidad como clave para salir del pozo. La idea, que le dio resultado en Granada y Valencia con el Levante, se encuentra con el perfil de los jugadores del cuadro vigués, más técnicos, livianos y más acostumbrados a la contrucción que a la recuperación. «La idea que desde el primer día nos intentó inculcar es esta, que presionemos más arriba, que la línea esté adelantada», apunta Álex.

Sin embargo, la estadística no desvela un cambio de tendencia con respecto al pasado reciente. A través de la presión el Celta ha recuperado casi los mismos balones en los dos primeros partidos de Abel que en los dos últimos de Paco Herrera. Frente al Sevilla fueron 70, con el Granada 80, los mismos que ante el Valencia. La media del curso está en 66,35 por partido, el tercer peor equipo en este concepto.

Lo mismo sucede con las faltas, en donde los vigueses siguen siendo de los equipos más blandos del campeonato (el sexto en el ránking). Su media habla de 12,92 por contienda. Frente al Granada hicieron 14, pero el lunes en Sevilla se quedaron en nueve. Demasiado poco para contener a un equipo con el potencial del hispalense.

El teórico cambio no solo no ha cortado la sangría de goles en contra (13 jornadas seguidas encajando) sino que ha incorporado un problema añadido, los balones a la espalda de la línea defensiva. El Sevilla encarriló el partido por ese camino y Cristiano Ronaldo y compañía son una clara amenaza para el domingo por el mismo sendero. «Tenemos que aceptar que los cambios de orientación nos pueden hacer daño pero para eso en la primera línea de presión tenemos que estar bien», apunta Álex.

El problema es que la primera línea de presión no ha sido confeccionada pensando en ese aspecto. Jugadores como Aspas u Orellana viven más de la elaboración. Quizás Augusto y Bermejo aportan una mayor dosis de sacrificio. Será la tercera entrega del giro a la intensidad. Quizás la prueba más dramática, pero también la más ineludible.