Una contra de libro para la primera victoria a domicilio

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Aspas llega al balón y dispara casi tirado sobre el césped.
Aspas llega al balón y dispara casi tirado sobre el césped.

Cinco jugadores participaron en la acción, que duró apenas 17 segundos

28 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El Celta rompió en Zaragoza el muro que se había alzado ante él en los partidos a domicilio. Cosechó sus primeros tres puntos como visitante con un exiguo 0-1 y con una imagen diferente a la habitual en el equipo celeste. El Celta prescindió de la posesión del balón y dejó que el conjunto de Manolo Jiménez llevase la batuta. Fueron los maños los que tuvieron la posesión, pero en contra de lo que suele suceder, los de Paco Herrera supieron jugar sin el esférico y en una contra de libro se adjudicaron los tres puntos.

Hasta ahora el Celta había demostrado que necesitaba tejer jugadas y entrar hasta la cocina para marcar. Paciencia y toque eran la fórmula más empleada por los vigueses, que el lunes, sin embargo, se destaparon con un contraataque veloz, inteligente y, sobre todo, eficaz.

Corría el minuto 82 de partido cuando el Celta iniciaba en las inmediaciones de su área, y desde las botas de Roberto Lago la acción del gol. El lateral movía el balón hacia el omnipresente Michael Krohn-Dehli. El danés cedía el esférico a Borja Oubiña y el capitán lanzaba la jugada. Vio con claridad cómo Mario Bermejo subía pegado a la línea de cal, así que le enviaba el balón a los pies. El cántabro aguantaba el esférico ante la presión de un jugador del Zaragoza mientras Krohn-Dehli aparecía ya en su ayuda. El internacional danés controlaba el balón, y con su precisión habitual ponía un perfecto pase para Roberto Lago, que tras iniciar la jugada había subido por la banda con la esperanza de habilitar alguna jugada.

El preciso pase de Krohn-Dehli fue a parar a los pies de un Lago que llegaba a la carrera y que exhibió calidad a la hora de controlar en el aire el balón con su pierna izquierda, para a continuación, centrar el balón para la llegada de Iago Aspas. El de Moaña, casi tirado sobre el césped, enviaba el esférico con la zurda al fondo de la red para culminar la jugada.

Fueron 17 segundos de jugada con cinco actores de reparto. Un contraataque de libro con Lago iniciando la jugada y Aspas culminando en gol.